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viernes, 16 de julio de 2021

Recomendaciones para minimizar el impacto de las lesiones o úlceras por presión en la población pediátrica

Profesión
aliciaserrano
Vie, 16/07/2021 - 13:57
Úlceras por presión en niños
Lesión por presión categoría III en talón de un lactante producida por escayola en pierna.
Lesión por presión categoría III en talón de un lactante producida por escayola en pierna.

La denominada epidemia bajo las sábanas, como se conoce a las lesiones o úlceras por presión (LPP), ha aumentado su incidencia en hogares y hospitales como consecuencia de la falta de recursos económicos en las familias y los ajustes presupuestarios de la Administración.

La aparición de LPP está influida por la edad pero, especialmente, por el nivel de dependencia. Y a pesar de que en anteriores décadas se han relacionado con la etapa adulta o la vejez, la población pediátrica también las padece, sobre todo, si su estado de salud se altera y se incrementa el nivel de dependencia.

Para corregir los malos hábitos respecto a las LPP en el entorno pediátrico y de neonatología, los enfermeros Pablo García, Marta Bargos, María de los Ángeles Ferrera, Evelin Balaguer, Isabel María Mora, José María Avilés, Carmen Rodríguez y José Antonio León -que pertenecen a diferentes grupos y sociedades científicas-, han publicado el documento: Qué no hacer en lesiones por presión en pediatría-neonatología. Recomendaciones basadas en la evidencia, de la serie de Documentos Técnicos Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).

Dirigido a la población infantil

Los consejos recopilados en el citado documento, basados en criterios de evidencia científica y de su propia experiencia clínica y científica en el área, son los primeros realizados en este formato en España dirigidos al cuidado de la población infantil con heridas o en riesgo de padecerlas. En la práctica clínica habitual, según los autores, “podemos observar que se aplican recomendaciones para pacientes adultos, cuando las necesidades de los niños son diferentes. A pesar de proporcionar cuidados en el manejo de pequeños con lesiones por presión o en riesgo, se siguen usando intervenciones no basadas en evidencias o basadas en la evidencia generada en el paciente adulto”.

En este documento se pueden leer algunas recomendaciones que intentan romper con este tipo de intervenciones. A juicio de los autores, una de las más importantes, a pesar de tener una evidencia moderada, es que para conocer la magnitud del problema en la población pediátrica no se debe excluirla en los estudios epidemiológicos sobre lesiones por presión en cualquier contexto, ya sea en atención primaria o atención especializada.

Lesión por presión categoría IV en zona occipital en un neonato.
Lesión por presión categoría IV en zona occipital en un neonato.

Si no se conoce el problema y se visibiliza no se puede prevenir. Además, inciden en la necesidad de no utilizar herramientas de adultos para valorar el riesgo o las medidas preventivas de LPP en la población infantil. “En la actualidad, existen herramientas validadas en pediatría y neonatología que son más coste-efectivas y adecuadas que las propias dirigidas a la población adulta. Esta recomendación mostró tener una evidencia entre alta y moderada”, inciden los autores. 

En la misma línea los dispositivos para prevenir lesiones por presión deben ser homologados y testados en la población pediátrica y nunca usar los que se usan en adultos. De hecho, los autores hacen hincapié en que no se deben usar superficies especiales del manejo de la presión (también conocidas como colchones antiescaras o dispositivos locales de alivio de la presión) que sean para la población adulta, siendo la evidencia de esta recomendación alta. A su vez, en relación al tratamiento en el documento hay una recomendación que hace referencia a “no utilizar productos sin homologar en la población pediátrica”, con una evidencia baja, pero a juicio de los autores “emerge con autoridad por la práctica clínica ante la selección cotidiana de materiales y por ello no se ha dudado en incluir este tipo de recomendaciones”.

Antecedentes históricos

En 2013 vio la luz el proyecto Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España, del Ministerio de Sanidad, con el objetivo principal de disminuir la utilización de intervenciones sanitarias innecesarias, entendiendo por innecesarias aquellas que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias.

Además, “tenían otros objetivos relacionados como evitar la iatrogenia derivada de cuidados innecesarios, disminuir la variabilidad en la práctica clínica, contribuir a difundir el compromiso de calidad y eficiencia de los cuidados y el uso adecuado de los recursos sanitarios. Es a raíz de estos objetivos cuando se diseñaron las primeras recomendaciones no hacer basadas en la evidencia científica”, según exponen los autores en la introducción de su publicación. Su sociedad científica, involucrada en el cuidado de las personas con heridas o en riesgo de padecerlas, publicó en el año 2018 un primer documento técnico sobre No hacer en heridas crónicas. Tal fue su acogida que, en 2020, se ha publicado la 2ª edición, revisada y ampliada, de dicho documento. “Como todas las recomendaciones están dirigidas a la edad adulta y vejez, queremos ofrecer uno con el mismo formato y estilo, pero dirigido a los cuidados de la población pediátrica con LPP o riesgo de padecerlas”, concluyen los autores.

El Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (COEV) destaca el rigor de esta publicación, que pone el énfasis en que los niños también pueden sufrir este tipo de lesiones cutáneas si se dan las condiciones necesarias. Off Enrique Mezquita. Valencia Enfermería Pediátrica Enfermería Familiar y Comunitaria Enfermería Obstétrico-Ginecológico (Matronas) Off

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