Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto una nueva vía que podría ser útil en el abordaje de patologías del corazón como la miocardiopatía hipertrófica, al tiempo que han comprobado qué estrategias seguidas actualmente podrían ser incluso nocivas.
Así, esta investigación publicada en eLife y dirigida por Guadalupe Sabio, se ha centrado en el estudio de la vía MKK3/6-p38γ/δ, implicada en el desarrollo de la hipertrofia cardiaca.
El corazón late alrededor de cien mil veces cada día para bombear sangre a todo el cuerpo de forma continuada. Su función es mantener satisfechas las demandas de sangre en condiciones normales, pero también en situaciones de estrés. Para conseguirlo, el corazón tiene la capacidad de aumentar su tamaño.
La hipertrofia cardíaca puede producirse en circunstancias normales, como el crecimiento normal durante el desarrollo tras el nacimiento o la hipertrofia cardíaca inducida por el ejercicio físico, según explica Rafael Romero, autor principal de la investigación. Factores como la hipertensión y algunas patologías de origen genético también son causa de hipertrofia cardiaca.
La vía p38 es una de las rutas cuya activación interviene en el desarrollo de hipertrofia cardiaca y que es activada por estímulos inductores de estrés. "Las proteínas p38 controlan un amplio espectro de procesos y su desregulación se ha relacionado con numerosas enfermedades, convirtiéndolas en una prometedora diana farmacológica para uso terapéutico, explica Guadalupe Sabio.
Sin embargo, solo se han conseguido inhibidores específicos de la p38α y la cuestión es que "los resultados de los ensayos clínicos con humanos hasta ahora han sido decepcionantes", según reconoce esta experta.
Otras vías alternativas
Ante esta situación los investigadores del CNIC han querido estudiar otras alternativa a la inhibición de la p38α, a partir de otras proteínas de la ruta como las p38γ y p38δ o la MKK6, que "pueden constituir dianas farmacológicas interesantes", explica Sabio.
Bajo este prisma decidieron evaluar si la inhibición de MKK6 podría ser segura y si había efectos negativos a largo plazo. Utilizando ratones mutantes carentes de MKK6 comprobaron que la deficiencia de esta proteína reducía su esperanza de vida, de modo que la hipertrofia cardiaca que desarrollaban cuando eran jóvenes progresaba con el tiempo a disfunción y fallo cardiaco.
A través de otros modelos de ratón demostraron que cuando MKK6 está ausente, la activación de p38α se reduce significativamente.
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