Medicina Interna no llega. Con el número de internistas actualmente en ejercicio en el Sistema Nacional de Salud, las previsiones de jubilación a corto/medio plazo, el ritmo de crecimiento de sus plazas MIR en las últimas convocatorias, la pirámide de edad de la población española y las previsiones de envejecimiento y cronicidad, las cuentas no salen. O no le salen, al menos, a la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que hoy ha lanzado un llamamiento al Ministerio de Sanidad para que aumente la oferta de plazas MIR de la especialidad en las próximas convocatorias.
Con el crecimiento de plazas de los últimos años -sostenido, pero insuficiente, según SEMI-, no basta para "dar respuesta a la necesidad de profesionales de la especialidad ni para solventar la falta de relevo generacional de médicos internistas que acusa el SNS", argumenta la sociedad científica que preside Jesús Díez Manglano.
En la petición explícita de SEMI late, además, un ruego implícito: basta con que el Ministerio de Sanidad vuelva los ojos a sus propios estudios demográficos y actúe en consecuencia. Antes del año 2035, "la Medicina de Familia y la Medicina Interna serán piezas más esenciales, si cabe, del sistema sanitario". Esa es, en términos literales, una de las principales conclusiones del Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035, que el departamento de Carolina Darias presentó en enero.
El informe ministerial de enero (la sexta actualización del estudio de demografía médica que el Ministerio de Sanidad viene presentando desde 2009) va incluso más allá. Basándose en predicciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), Sanidad asegura en su informe que entre 2021 y 2035, el porcentaje de niños de 0 a 14 años habrá caído del 14,3% al 11,3%, pero el de mayores de 75 habrá aumentado del 9,8% al 13%. Ergo, "las implicaciones para la necesidad de médicos son muy notables: harán falta menos pediatras y más especialistas que traten enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento y a pacientes pluripatológicos complejos". Y esto también es literal. A juicio del ministerio, no cabe duda, pues, en qué especialidades hay que poner el foco de manera inmediata para evitar déficits cuando más se las necesite.
Pues bien, según SEMI, las medidas correctoras que necesita su especialidad no son ni suficientes ni inmediatas, al menos en lo que se refiere a una de esas variables: la oferta de plazas de formación sanitaria especializada. Es verdad que Interna ha aumentado su oferta desde la convocatoria 2020/2021 hasta la actual, pero SEMI estima que las 24 nuevas plazas acumuladas en ese periodo (12 por cada convocatoria) no son suficientes para cubrir las necesidades asistenciales más inmediatas.
Según Díez Manglano, "a este ritmo [apenas un 3% de incremento anual de plazas MIR desde 2020], no podremos cubrir las necesidades de profesionales que tendrá nuestra especialidad en el futuro más inmediato". El presidente de la sociedad considera que la formación de nuevos especialistas "debe ser una prioridad a todos los niveles, para solventar el desafío que supone el relevo generacional en el SNS, particularmente de internistas". Y, para ello, remacha Díez Manglano, "resulta clave contar con la opinión de los especialistas para conocer sus demandas".
¿Y qué dicen los internistas? Pues que a la creciente longevidad de la población española y al aumento de patologías crónicas y comorbilidades que el propio estudio ministerial prevé para la próxima década se suma la creciente multidisciplinariedad de la especialidad. En este sentido, el presidente de SEMI recuerda que los internistas no solo ejercen en servicios hospitalarios específicos sino en nuevas áreas asistenciales, y que la lista es larga: hospitalización a domicilio, unidades de continuidad asistencial, hospitales de día, unidades de corta estancia, unidades de cuidados paliativos, servicios de urgencias, unidades de Enfermedades Infecciosas...
A ese desempeño cada vez más amplio, Díez Manglano suma "las unidades de asistencia compartida de enfermos quirúrgicos, psiquiátricos y oncológicos que cada vez tienen más hospitales, y que están coordinadas por internistas, o los programas de optimización del uso de antimicrobianos (PROA), en los que también participamos". Con tantos deberes y con el número de internistas que se forman hoy, "será difícil continuar con estas prestaciones en un futuro próximo", advierte Díez Manglano.
Y si al ministerio le resulta difícil escuchar opiniones ajenas, bastaría quizás con atender las de los expertos que el propio departamento de Carolina Darias consulta para elaborar sus informes demográficos. En el último, el de enero, el ministerio recabó la opinión de más de un centenar de expertos "relacionados con la gestión y la regulación de los recursos humanos", del propio ministerio, de las comunidades autónomas y de las comisiones nacionales de las especialidades médicas.
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