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jueves, 29 de septiembre de 2022

La estimulación cerebral profunda en trastorno obsesivo compulsivo es segura y eficaz a largo plazo

Psiquiatría
soniamoreno
Jue, 29/09/2022 - 18:07
Enfermedad grave y resistente
Equipo multidisciplinar que efectúa el tratamiento del TOC con ECP del Hospital Universitario de Bellvitge y del Idibell.
Equipo multidisciplinar que efectúa el tratamiento del TOC con ECP del Hospital Universitario de Bellvitge y del Idibell.

La estimulación cerebral profunda (ECP) se aplicó por primera vez en un paciente con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en 1999, en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).

Desde entonces la experiencia con este tratamiento ha ido creciendo en todo el mundo, también en España, donde ya hay varios centros que la realizan. No obstante, la casuística publicada no es muy amplia y no hay muchos datos sobre la evolución a largo plazo de los pacientes.

De ahí el interés por los resultados aportados a partir de una extensa serie de casos tratados por un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), centro de referencia a nivel nacional de esta técnica.

José Manuel Menchón, jefe de Servicio de Psiquiatra del HUB, coordina al grupo del CiberSAM del Instituto de Salud Carlos III que ha estudiado esta muestra de 25 pacientes, la segunda más amplia en el mundo (los trabajos publicados en este ámbito suelen incluir a 4 ó 5 pacientes).

La principal conclusión del estudio, publicado en Brain Stimulation, es que la estimulación cerebral profunda es una opción terapéutica segura y eficaz a corto y largo plazo.

“Hemos obtenido resultados muy positivos”, comenta a DM María del Pino Alonso, especialista del HUB e integrante del grupo de Psiquiatría y Salud Mental del Idibell y del CiberSAM. “Hay que tener en cuenta que son pacientes que llegan a este tratamiento después de haber fracasado con todos los anteriores (farmacológicos, psicoterapia, terapia de cognitivo-conductual). Son enfermos graves, con mucha incapacidad y disfunción”, continúa esta investigadora del estudio. “Con la estimulación los síntomas se reducen en el 42,5% y además, la mejora es persistente, se mantiene a largo plazo”.

En el tratamiento del TOC, el criterio de respuesta se establece a partir de una reducción del 35% de los síntomas, lo que se ha alcanzado en el 60 65% de los pacientes tratados con la estimulación en este estudio.

La estimulación cerebral profunda se indica en el TOC grave y resistente.
La estimulación cerebral profunda se indica en el TOC grave y resistente.

La psiquiatra destaca que “hay respuestas espectaculares: pacientes que por su gravedad llevaban años ingresados en un hospital psiquiátrico de crónicos y ya no lo están. En concreto, uno de mis pacientes, hace vida en pareja en su casa. Otros tienen unas respuestas más moderadas. No obstante, en un tercio de los casos no conseguimos mejora. Aun así ninguno ha pedido que les quitemos la estimulación, porque incluso aunque no han respondido, a veces notan algún avance en el estado de ánimo”.

De hecho, se trata de una técnica muy segura, sin complicaciones graves asociadas y muy bien tolerada. La mayoría de los efectos secundarios que pueden aparecer son leves y transitorios, y se resuelven apagando o modificando el estimulador. “El riesgo fundamental de efectos secundarios es que se produzcan cuadros hipomaníacos, lo que indica que también puede tener un cierto efecto antidepresivo”.

Un procedimiento más flexible

La ECP se utiliza como alternativa a la cirugía estereotáctica, indicada en este tipo de pacientes graves y resistentes a los tratamientos convencionales. A diferencia de la cirugía, el estimulador cerebral es un procedimiento más flexible: consiste en implantar unos electrodos que estimulen eléctricamente puntos específicos del cerebro, de forma selectiva y reversible. La técnica se aplica con éxito en ciertos pacientes con enfermedad de Parkinson, temblor esencial, distonía y epilepsia; también en determinados casos de depresión, anorexia y, más recientemente, de esquizofrenia. Los Servicios de Psiquiatría y Neurocirugía del HUB iniciaron el programa de tratamiento con estimulación cerebral profunda para pacientes con TOC resistente y grave en 2007.

“El reto ahora es alcanzar las tasas de respuesta que se logran en enfermedad neurológica" (en Parkinson, se obtiene un 95% de respuestas), apunta María del Pino Alonso. Un obstáculo importante es que “todavía no tenemos certeza sobre el mejor target o zona estimulable, pues hay varios, ni sobre cuáles son los parámetros idóneos para la estimulación".

Un trabajo pionero del equipo de Juan Antonio Barcia, del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, analiza cómo individualizar el target, atendiendo a los síntomas del paciente, con bastantes buenos resultados, recuerda la especialista. "En nuestro estudio también señalamos que con el conocimiento actual no hay un predictor claro de qué paciente responderá mejor o quien no lo va a hacer. Por eso es necesario individualizar el tratamiento a partir de datos de neuroimagen o con la inducción de síntomas”.

Estimulación cerebral profunda para el síndrome de Tourette grave, Primera estimulación cerebral profunda en esquizofrenia resistente, Ensayan con éxito la estimulación cerebral profunda en anorexia nerviosa
Otra incógnita que habrá que despejar es si los pacientes que responden necesitarán tener el dispositivo activado de manera crónica, como un tratamien
Según los resultados de una de las muestras más amplias del mundo de pacientes con TOC resistente tratados con estimulación cerebral profunda. Off Sonia Moreno. Madrid Off

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