De nuevo 20 expertos españoles subrayan la necesidad de atajar el problema de la pandemia en nuestro país a través de una carta en The Lancet Public Health. España está en el epicentro de la 'segunda ola' en Europa y para los especialistas, "esto supone una importante preocupación. Es necesaria una evaluación para identificar las actuales debilidades y evitar males mayores", apunta Alberto García-Basterio, médico del Hospital Clínic, investigador en el Instituto de Salud Global de Barcelona y uno de los impulsores de la iniciativa junto a Helena Legido-Quigley, especialista en sistemas de salud y políticas sanitarias de la London School of Hygiene and Tropical Medicine de Londres y la Saw Swee Hock School of Public Health de la Universidad Nacional de Singapur.
En esta segunda misiva, repiten los firmantes de la primera publicada en agosto, destacados personajes del ámbito de la Salud Pública nacional e internacional, como Rafael Bengoa, experto en Salud Pública y gestión sanitaria, que fue consejero de Sanidad del Gobierno vasco y exasesor de Obama; Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante y ex director general de Salud Pública (entre 2008 y 2011); Margarita del Val, viróloga del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y coordinadora de la Plataforma Temática Interdisciplinar de Salud Global del CSIC o Beatriz González López-Valcárcel, experta en Economía de la Salud, doctora en Economía, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Hernández apunta que "en esta ocasión ponemos el acento en las ideas que se han de poner en marcha". El fin es distinto como subraya García-Basterio, que recuerda que, en la anterior Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, les 'acusó' de tener ya la fórmula diseñada para esa comisión de evaluación. "Es ahora cuando proponemos los modelos que se pueden tomar de casos prácticos que se han hecho en la OMS, en el Reino Unido o en Australia", explica García-Basterio.
Uno de los requisitos que plantean es la urgencia. Aunque como lamenta Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y firmante de la carta, "da la sensación de que hay poca". Casi dos meses después de la publicación de la primera carta en The Lancet, el Ministerio ha citado a los firmantes del documento a una reunión el próximo uno de octubre. "Un requisito básico para nosotros es la urgencia de esta evaluación, no es algo que se pueda dejar pasar", asegura March.
Otro de los firmantes, Sergio Minué, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, que trabaja actualmente de profesor en la Escuela Andaluza de Salud, subraya que "la publicación de esta segunda carta está motivada por la falta de respuesta formal y con un cierto malestar implícito de las autoridades a que publicáramos la carta. Desde aquello, no hemos tenido respuesta oficial, pero desde alguna comunidad como Andalucía han iniciado un proceso por su parte, pero desde mi punto (no desde el grupo) de vista no responde al espíritu que pedíamos,que era la independencia".
Todo lo que buscan es aprovechar el espíritu crítico constructivo. Hernández pone en valor algunos pasos acertados: "Entre las cosas buenas que se extraen de la primera está el estudio de seroprevalencia [ENE-Covid19]. Un ejemplo del que se puede tomar nota para la agenda global de salud. Un país como España puede y debe tener acciones que repercutan a nivel internacional".
Sin embargo, "pocas cuestiones han salido de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica", apunta García-Basterio. Si con ese trabajo el Gobierno podía 'zanjar' la cuestión evaluadora, lo cierto es que para los expertos se traduce en escasa. Y, por ello, cabe preguntarse, ¿cómo debe ser? ¿Qué propuestas concretas sí hay en la nueva misiva?
La evaluación debe tener un carácter general, fijándose no sólo en el ámbito sanitario, sino también en el social y económico. "Debe de haber un equipo que recoja los datos en las comunidades autónomas y en el ámbito estatal y un grupo de expertos nacionales e internacionales que hagan recomendaciones a partir de esos datos", sostiene March. Por su parte, Minué continúa con la idea de que "el enfoque que se realice no sea exclusivo basado en datos, sino que hay que analizar el problema en su conjunto con sus implicaciones económicas, sociales, educativas que ha tenidos las medidas que se han tomado en relación con la pandemia".
Ildefonso hace hincapié en la necesidad de cooperación, "hay que marcar caminos reales de cogobernanza". Porque como concluye Hernández, «se trata de evitar la culpa y la crítica, sólo de sumar esfuerzos a través de un panel evaluador de la situación que nos sirva ahora y en el futuro a través de un trabajo de consenso multidisciplinar».
Ideas clave para la comisión
Urgencia. Para los firmantes resulta clave que no se dilate en el tiempo este paso. "La creación de la Secretaría de Estados de Sanidad ha retrasado la cita con el Gobierno hasta octubre. Da sensación de poca urgencia", manifiesta Joan Carles March.
Independencia. Niguno de los que rubrican la misiva pide estar en ella. "No queremos ser nosotros quienes estemos, pero sí pedimos que los técnicos sean del todo independientes. Eso da credibilidad y transparencia", apunta Alberto García-Basterio.
Multidisciplinar y homogéneo. Sergio Minué lo explica así: "La necesidad de que sea un equipo evaluador para todas las autonomías no es imprescindible; sí, que los criterios sean homogéneos. Así es más fácil que cada región su grupo".
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