Este lunes se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una patología neurodegenerativa que, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta a unas 800.000 personas en España. No hay fármacos que puedan curar, prevenir o retrasar su avance, aunque sí existen técnicas que pueden ayudar a ralentizarlo si se aplican de forma temprana.
En este sentido, la detección precoz es vital para mantener al máximo la autonomía y la independencia del paciente, un aspecto en el que la farmacia comunitaria tiene mucho que aportar. “Por su accesibilidad y su relación de confianza con los pacientes, es uno de los lugares donde se puede detectar con mayor prontitud cualquier indicio de esta enfermedad. Además, el farmacéutico está capacitado para asesorar sobre temas específicos de cuidados y hábitos de vida saludable tanto al paciente como a la persona cuidadora”, apunta Milagros López de Ocáriz, presidenta del COF de Álava.
Además, los farmacéuticos pueden prestar a este tipo de pacientes servicios especialmente orientados a mejorar los resultados en salud y optimizar la farmacoterapia. “Por ejemplo, dispensación, indicación farmacéutica, seguimiento farmacoterapéutico, conciliación de la medicación, adherencia terapéutica y sistemas personalizados de Dosificación (SPD)”, enumera Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.
Martínez explica que, según los resultados de la iniciativa EnMente, vinculada al proyecto HazFarma para el desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos, los pacientes con Alzheimer presentan una elevada tasa de incumplimiento del tratamiento (70%, según el test de Morisky-Green), por lo que, en su opinión, fórmulas como las anteriormente mencionadas podrían aportarles un beneficio claro.
“El COF de Zaragoza participó en este programa específico, que se puso en marcha en 2017. Su objetivo era potenciar el papel del farmacéutico ante situaciones de demanda de información sobre los posibles indicios del Alzheimer que pudieran presentar algunas personas, tanto psicológicos como conductuales. Y también identificar, prevenir o monitorizar otros problemas de salud asociados”, afirma Mercedes Arias, vocal de Atención Farmacéutica del COF de Zaragoza.
Según Arias, el programa sirvió, además, para ofrecer asesoramiento a los cuidadores y para “optimizar la adherencia al tratamiento a través del servicio de seguimiento farmacoterapéutico a estos pacientes, que suelen ser polimedicados”. Labores que reproducen en las farmacias de Pontevedra. “En manos del farmacéutico está conseguir una mejora de la adherencia terapéutica y de la efectividad y seguridad de los medicamentos, detectando y previniendo problemas relacionados con el medicamento (PRM) y notificando a Farmacovigilancia cualquier tipo de sospecha de reacción adversa que se detecte”, asegura Alba Soutelo, presidenta del COF de Pontevedra.
Convenios de colaboración
Para mejorar esa coordinación entre la farmacia y el cuidador, muchos de los COF de España cuentan con convenios de colaboración con asociaciones de pacientes. A través de ellos, se han puesto en marcha talleres informativos y campañas específicas para la sensibilización de la población y mejorar esa detección precoz desde la botica.
Por ejemplo, el COF de Pontevedra lleva desde 2014 cooperando con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Galicia (Afaga). “Estas iniciativas acercan a pacientes y a sus cuidadores a la farmacia, al tiempo que profundizan en la formación de los farmacéuticos, incidiendo en las necesidades e inquietudes de las personas que padecen esta enfermedad y de quienes están a su cargo”, comenta su presidenta.
También el COF de Valencia tiene acuerdos con la Asociación de Familiares de Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras demencias del Camp de Morvedre y Puçol (Afacam) y con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia (AVAF).
A estos colegios se suma el de Zaragoza, que ha realizado acciones conjuntas con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afedaz), como charlas y talleres con los cuidadores. Y el COF de Álava, que cuenta con un convenio de colaboración con la Asociación de Familiares y Amigos de personas con Alzheimer y otras demencias de Álava (Afaraba), que da apoyo a más de 900 familias del territorio. “Gracias a esta colaboración, se ha elaborado un decálogo con pautas de comunicación para que el farmacéutico adquiera las destrezas necesarias sobre cómo tratar a una persona con demencia, entre otras acciones”, recuerda Milagros López de Ocáriz, presidenta del COF de Álava.
“En general, lo que se pretende es colaborar para difundir entre la sociedad todo tipo de información sobre la enfermedad. Por ejemplo, desde el COF de Valencia se elaboran publicaciones y material gráfico que se reparte, a su vez, a través de la red de oficinas de farmacia de la provincia”, explica Maite Torres, vocal de Asociaciones de esta organización colegial.
“La sinergia entre ambas partes puede dar lugar a una notable mejora en la calidad asistencial, al fortalecimiento de la red de apoyo de personas con esta patología y sus familiares, a una sustancial mejora en la detección precoz, a la derivación mutua de afectados y al fomento de la actualización en enfermedad de Alzheimer y otras demencias”, considera Andrés Navarro, neuropsicólogo de la Fundación Alzheimer España (FAE).
Mayor formación
Para mejorar en este aspecto, la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) y el COF de Valencia acaban de presentar la nueva Cátedra DeCo para el Estudio del Deterioro Cognitivo. En opinión de Jaime Giner, presidente del COF, era algo muy necesario para la profesión farmacéutica.
Nace con el objetivo de identificar de forma precoz a los individuos susceptibles de desarrollar disfunción cognitiva a través de las farmacias comunitarias de la provincia de Valencia. Esta colaboración permitirá identificar factores de riesgo del deterioro cognitivo, desde marcadores genéticos a estilos de vida, a través de un sistema de inteligencia artificial creado por los investigadores de la CEU, bajo la dirección de Lucrecia Moreno, catedrática de Farmacología en este centro. “La cercanía de los farmacéuticos con los ciudadanos nos convierte en los profesionales sanitarios que mejor y más rápido podemos percibir en los pacientes si aparecen dificultades de comprensión y de memoria, afasia, desorientación u otros problemas psicosociales asociados a este tipo de deterioro. Además, por nuestras farmacias pasan a diario multitud de usuarios que llegamos a conocer muy bien”, concluye Giner.
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