Durante la pasada temporada de gripe estacional, en el Servicio de Microbiología del Hospital Clínic de Barcelona se contaron tres ingresos por esta enfermedad. “También hemos tenido muy pocos casos del virus respiratorio sincitial, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores”, ha apuntado el responsable del servicio, Jordi Vila, en alusión a la baja incidencia de estas patologías respiratorias durante los meses pandémicos.
La explicación, para el especialista, es evidente: la mascarilla. “Probablemente, las medidas de prevención que hemos adoptado para evitar el SARS-CoV-2 han incidido positivamente en la transmisión del virus de la gripe y del virus respiratorio sincitial”.
Pero esa incidencia positiva de la pandemia de covid-19 no se ha repetido con otros patógenos. De hecho, “seguimos teniendo los mismos problemas que había antes de la pandemia, como el aumento progresivo de las enfermedades de transmisión sexual, las infecciones por virus emergentes como Zika, chikungunya o dengue y las infecciones causadas por bacterias multirresistentes”, ha manifestado Vila durante un encuentro con los medios mantenido este lunes con motivo del el XXIV congreso de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que se está celebrando de forma telemática esta semana.
Frenar la resistencia a los antibióticos
Sobre las infecciones por microorganismos resistentes a antibióticos, que ha calificado de “pandemia silenciosa”, Vila ha aludido a un informe elaborado en 2016 por el economista británico Jim O'Neill, donde recogía 700.000 fallecimientos por infecciones por bacterias multirresistentes y concluía que si no tomamos ninguna medida, en 2050 esa mortalidad global llegaría a los 10 millones de muertes por las infecciones.
Vila ha detallado que para atajar ese problema se han puesto en marcha planes de acción, como el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), en España, con intervenciones fundamentales en el uso de los antibióticos en humanos y medicina animal, “pero realmente lo que necesitamos es el desarrollo de nuevos antibióticos”.
El presidente de la SEIMC también ha repasado la labor de los microbiólogos clínicos durante la pandemia, que han realizado un gran “esfuerzo físico y mental” para adaptar a las nuevas tecnologías el número de muestras recibidas, y así poder aportar los resultados en un corto periodo de tiempo (menos de 24 horas).
Prevenir la siguiente pandemia
De cara a eventuales pandemias que puedan producirse en un futuro, y entre otros aspectos, considera que debería potenciarse “una industria del desarrollo de herramientas de diagnóstico rápido. Y no solo para la covid-19, también para aportar un tratamiento antibiótico más adecuado y disminuir la mortalidad por bacterias resistentes”.
El desarrollo de antivirales específicos frente al coronavirus causante de la covid-19 también es objeto de intensa investigación en todo el mundo. Carmen Fariñas, presidenta Comité Científico del congreso y jefa de Servicio de Enfermedades Infecciosas del HU Marqués de Valdecilla de Santander, ha señalado que “además de la prevención, es importante lograr fármacos que traten la infección por SARS-CoV-2. Lo que se busca es un tratamiento que evite los casos graves y, por tanto, la hospitalización. Hay diferentes ensayos en marcha con antivirales específicos, también con anticuerpos monoclonales. Quizá para final de año o durante el próximo, tengamos ya datos concretos sobre alguno concreto”.
En relación a las enfermedades de transmisión sexual, el presidente de la SEIMC ha señalado 2018 como el punto de inflexión que marca su incremento. Antonio Rivero, jefe de sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Reina Sofía de Córdoba, además ha abundado en la preocupación por este incremento, sobre todo como consecuencia de las prácticas sexuales de alto riesgo acompañadas por el consumo de drogas (chemsex).
Reconocimiento administrativo
El jefe de sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Antonio Rivero ha recordado que la especialidad médica la crean los problemas médicos que tienen necesidad de especialización en el personal sanitario para mejorar la atención de los pacientes.
Por ello, ha reivindicado la creación administrativa de la especialidad, una petición largamente reclamada por los médicos que trabajan con estas patologías en España que aún no han satisfecho las autoridades sanitarias y que coloca a nuestro país en el único europeo sin ese reconocimiento, junto a Bélgica. Rivero destacó que este reconocimiento es importante, porque "asegurará el relevo generacional, que debe obtener de forma reglada a través del MIR”.
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