Del 6 al 31 de julio el Ministerio de Sanidad mantuvo abierto el periodo de consulta pública previa a la modificación de la Ley de Garantías de Medicamentos y Productos Sanitarios. Uno de los grupos que presentó alegaciones fue uno formado por farmacéuticos comunitarios, muy activo en redes, cuyo portavoz es Fadia Battikhi, farmacéutica titular de una botica de Gijón, hija de farmacéutico jordano que ha regentado, a su vez, una farmacia en Atienza (Guadalajara). "Yo soy alcarreña de nacimiento y me crié en la rebotica de Atienza, un pueblo de unos 300 habitantes", explica.
"Nuestro movimiento surgió del hastío que tenemos los farmacéuticos, que estamos horas en las farmacias y conocemos los problemas que tienen los pacientes, y los que tenemos nosotros, que luego no cuadran con lo que demandan los políticos y algunos representantes nuestros, que parecen no conocer cuál la problemática del sector", asegura.
"Nuestro movimiento surgió del hastío que tenemos los farmacéuticos, que estamos horas en las farmacias y conocemos los problemas que tienen los pacientes" (Fadia Battikhi)
¿A qué problemática se refiere? Battikhi pone muchos ejemplos, pero el primero es, como solicitan en las alegaciones enviadas a Sanidad, que "se dote plenamente a los farmacéuticos de la capacidad que tienen para sustituir las formas farmacéuticas de medicamentos bioequivalentes, ya que es una de las competencias para las que están totalmente capacitados y que deben poder desempeñar sin cortapisas".
Sobre esto, señala que "es incomprensible, porque los especialistas del medicamento somos nosotros. Muchas veces el médico no sabe qué presentaciones hay en el mercado, cuáles están disponibles... Ahora mismo el Efferalgan está en desabastecimiento, con muy pocas presentaciones disponibles, y muchos médicos siguen prescribiéndolo, por lo que el paciente tiene que volver al médico para que le recete paracetamol en sobres, que es prácticamente lo mismo".
Battikhi subraya que sería una forma de descongestionar atención primaria porque, además, piden que el farmacéutico pueda registrar estos cambios en la dispensación o cualquier otro aspecto que consideren oportuno: "Se agilizaría todo. El paciente ganaría en calidad de vida, nosotros estaríamos ejerciendo nuestra profesión y, además, abarataríamos costes", sintetiza.
"Es incomprensible que los farmacéuticos no podamos sustituir formas farmacéuticas, cuando somos especialistas del medicamento"
A su vez, proponen la elaboración de protocolos para la dispensación racional de determinados medicamentos para síntomas menores sin prescripción médica, como pomadas para eczemas y quemaduras, y siguiendo el ejemplo de países que ya lo hacen, como Francia. "Se trata de cosas que sean muy evidentes. Evidentemente no vamos a diagnosticar ni a recetar nada. En síntomas menores muchas veces la atención del médico es telemática y ni siquiera ve al paciente, como ocurre a veces con la cistitis, donde los síntomas son muy evidentes. Y que lo pudiéramos registrar. Sería muy útil, por ejemplo, durante los fines de semana, cuando la farmacia está de guardia y no hay un cetro de salud cercano, y poder anticipar, por ejemplo, un antibiótico".
Otra reclamación, también muy antigua y consistente desde diferentes sectores, es el acceso al historial farmacoterapéutico del paciente. "Los pacientes vienen a veces con tratamientos de médicos diferentes, e incluso de distintas comunidades autónomas. A lo mejor se les están duplicando tratamientos, y ellos no son conscientes".
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