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lunes, 12 de septiembre de 2022

Detección precoz y tratamiento multidisciplinar, principales desafíos de la micosis fungoide

Diario Médico
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Lun, 12/09/2022 - 08:08

La micosis fungoide es el tipo más frecuente de linfoma cutáneo y se caracteriza por lesiones cutáneas localizadas en parches o placas, no obstante, es posible que, incluso en los estadios iniciales, se observen células tumorales en la sangre periférica, ganglios linfáticos y vísceras1.

Aunque la mayoría de casos de la micosis fungoide quedan restringidos a la piel, a menudo las lesiones pueden diseminarse a otras partes del cuerpo. En palabras del experto, “el diagnóstico precoz es fundamental para el correcto abordaje de esta enfermedad, ya que esta patología aparece y se desarrolla lentamente, y en ocasiones se puede confundir con otras lesiones como los eccemas o la psoriasis, pero se trata de una enfermedad que va más allá de la piel”. Si quiere saber más de esta patología y ver la entrevista completa acceda a: www.lcctmasalladelapiel.com.

El doctor Ricardo Fernández de Misa, dermatólogo del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, en Tenerife señala cómo “la micosis fungoide es uno de los linfomas cutáneos más frecuentes, que aunque se considera una enfermedad rara, en el centro hospitalario se diagnostican alrededor de 6 o 7 casos nuevos al año. Esta enfermedad se manifiesta en la piel y su síntoma más frecuente es el picor o el prurito. A pesar de eso, pueden surgir úlceras que pueden infectarse o doler. También las células pueden progresar a ganglios, vísceras o a la sangre, lo que supone una sintomatología propia de cada una de esas extensiones. A veces, se complica y desemboca en el fallecimiento del paciente”, comenta el especialista.

El dermatólogo destaca cómo el mejor manejo que el especialista puede ofrecer a sus pacientes es “el conocimiento de la enfermedad, ya que de esta manera ayuda al paciente a paliar sus síntomas y a prever cómo se va a desarrollar”.

Para el experto la detección precoz es determinante para el abordaje de la enfermedad. El doctor Fernández de Misa asegura que el primer paso para caminar en la dirección correcta es realizar un buen diagnóstico. “A veces es difícil establecerlo, ya que influye la fase en la que se encuentre el paciente. Otras, el clínico intuye que puede ser la micosis fungoide en fase incipiente, pero muchas veces, el patólogo observa signos en la biopsia que no le permiten establecer un diagnóstico claro. También hay que estar seguro del diagnóstico porque a partir de ese momento etiquetamos al paciente con una enfermedad grave que conlleva problemas médicos, profesionales y sociales”, afirma.

“En los últimos años, se ha avanzado mucho en “el tiempo de identificación de la enfermedad, ya que se ha pasado de los 13 años a los entre 3 y 5 años que se tarda actualmente”.

Tratamiento multidisciplinar

El doctor Fernández Misa considera clave que se trate a estos pacientes con un equipo multidisciplinar. “Establecer el diagnóstico requiere una relación constante entre el clínico y el patólogo. También es importante, para seguir la evolución de la enfermedad, un contacto regular con el dermatólogo quien va a ir previendo la evolución e interactuando con los especialistas. Se trata de intentar que no haya ni defectos ni excesos en los tratamientos, por eso es necesario que se establezca una coordinación entre los diferentes especialistas”.

“El impacto que esta enfermedad tiene en la calidad de vida de los pacientes es muy importante, aunque siempre dependiendo del estadio en el que se encuentren. En estadios iniciales, los síntomas se reducen al picor, alguna erosión o algún tumor. Muchas veces, este paciente requiere tratamientos como la fototerapia. Esto supone acudir dos o tres veces por semana al centro hospitalario y esto afecta a su vida”, afirma el doctor.

“A medida que la enfermedad progresa, se pueden desarrollar tumores con tendencia a la sobreinfección y en fases muy avanzadas la calidad de vida de estos enfermos puede llegar a ser dramática.”

Actualmente se están desarrollando nuevas alternativas terapéuticas para el abordaje  de la micosis fungoide. Mogamulizumab es una terapia biológica que se está aplicando a estos enfermos. “Tener un fármaco indicado para esta patología es una gran ventaja  y se están obteniendo resultados muy satisfactorios”, concluye Ricardo Fernández de Misa.

Referencias. 
1. Vermeer, M., Nicolay, J., Scarisbrick, J. et al. (2020), The importance of assessing blood tumour burden in cutaneous T‐cell lymphoma. Br J Dermatol 269-282 .
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