El Colegio de Enfermería de Madrid (Codem) congregó la semana pasada a unas 150 enfermeras del ámbito de la Salud Mental para celebrar el 17º Encuentro del Foro de Enfermeras de Salud Mental de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (Aeesme) en esta comunidad autónoma, "donde se hizo una puesta al día en el abordaje de estos problemas", ha explicado Francisco Megías, presidente de esta sociedad científica.
Durante el encuentro se ha puesto negro sobre blanco la importancia de esta enfermera especialista, una profesional "que escucha a las familias, sus sensaciones, sus malestares, sus peticiones, sus cuidados, su verdad, y que han de tener en cuenta los grupos de ayuda mutua u otros servicios comunitarios que apoyan biopsicosocialmente", ha indicado Rubén Chacón, miembro de su junta directiva de la Aeesme.
Entre las conclusiones de este encuentro, Chacón ha destacado la ética autonomista, "que ha permitido evolucionar jurídicamente hacia una posición que permite a las personas decidir sobre su vida y su muerte, quedando pendientes los nuevos retos que se plantean con el desarrollo de las tecnologías".
También se ha puesto sobre el tapete que las habilidades sociales de la población adolescente mejoran la adaptación a su medio. "Las enfermeras especialistas en Salud Mental desarrollan programas adaptados a sus necesidades, más allá de la palabra, con sesiones dinámicas planteadas con caldeamiento, entrenamiento y reflexión. La finalidad es fomentar el autoconocimiento, entrenar conductas y favorecer el intercambio entre pares, generando una participación más espontánea".
La protección a la infancia también ha copado una de las principales conclusiones del encuentro. "Ha de considerarse una prioridad de salud pública. Las enfermeras están en una posición ideal para la prevención, detección precoz e intervención con menores en situación de maltrato. La enfermera de la Salud Mental en el ámbito infantojuvenil establece una relación asistencial de acompañamiento y apoyo emocional a través del fomento del vínculo seguro y coordinación con otros agentes", ha señalado.
Discapacidad intelectual
Respecto a los problemas de las personas con discapacidad intelectual y problemas de salud mental asociados, Chacón ha explicado que es necesario promover más formación en la atención y cuidados integrales e integrados de estos pacientes, "así como trabajar con el entorno desde un enfoque de apoyo conductual positivo".
Desde el modelo de Salud Mental Positiva, la enfermera especialista -a través de intervenciones de promoción y prevención- también puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores y su entorno laboral.
Investigación
Por otro lado, el Seminario Permanente de Jóvenes Investigadores en Cuidados de Salud Mental, que ha organizado la Aeesme al amparo de su Cátedra Francisco Ventosa de la Universidad de Alcalá, ha recogido una serie de conclusiones muy interesantes para los profesionales.
Así, se ha puesto en valor la investigación-acción participativa como método generador de conocimiento, ya que implica una mejora en la formación de las enfermeras, incorporando nuevos conocimientos, consolidando sus habilidades y reforzando aspectos actitudinales de su práctica.
"Los resultados obtenidos se trasladan directamente a la práctica clínica, produciendo un impacto no solo en las enfermeras y en los pacientes de forma individual, sino también en la dinámica colectiva de los equipos y en aspectos relacionados con la gestión de los servicios y las organizaciones", han señalado desde la Aeesme.
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