Investigadores de todo el mundo estudian la proteína celular TRAIL como posible bala mágica contra el cáncer porque se puede unir a ciertas moléculas de algunas células tumorales y destruirlas. También se le llama Apo-2L, ligando inductor de apoptosis relacionada con el factor de necrosis tumoral y ligando inductor de apoptosis relacionada con el TNF (citoquina que producen varias células del sistema inmune, principalmente macrófagos y monocitos, y que tiene capacidad para producir la necrosis de tumores).
La proteína TRAIL se considera que, llevada en forma de terapia a la clínica, tiene potencial contra el cáncer puesto que se ha mostrado capaz de inducir selectivamente la muerte de células tumorales. Desde que la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, la descubrió en 1995 ha sido objeto de grandes inversiones para tratar de llevarla al uso clínico y también de varios ensayos clínicos en diferentes formulaciones y combinaciones, por ahora, sin éxito.
No obstante, se sospechaba que en algunos tipos de cáncer, en contra de lo previsto, la TRAIL podría tener el efecto contrario: favorecer la progresión tumoral. Y esto es justo lo que acaba de demostrar un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, y la Universidad de Ámsterdam, en Países Bajos, publicado en Cell Death and Disease: los receptores de la proteína TRAIL inducen la expresión de IL-8, una proteína que promueve el desarrollo tumoral y la angiogénesis de los tumores pulmonares de célula no pequeña.
Es decir, la TRAIL, al menos en este tipo de tumor y en los estudios in vitro realizados por el equipo del Idibell, no tendría el efecto deseado. “Nuestros resultados sugieren que en cáncer de pulmón no es recomendable activar la vía TRAIL; al contrario, su inhibición se debería tener en cuenta como posible opción terapéutica”, según Cristina Muñoz Pinedo, jefa de grupo del Idibell y líder del proyecto. El resultado del estudio es tan evidente que Muñoz asegura que, al menos en cáncer de pulmón de célula no pequeña, “hay que dejar de probarlo”. Añade que este tipo de tumor es “bastante resistente a TRAIL sin añadirle nada más”.
Los resultados publicados en la revista Cell Death and Disease muestran que en el cáncer de pulmón de células no pequeñas los receptores de TRAIL promueven la secreción de una proteína proinflamatoria y proangiogenica llamada interleucina 8 (IL-8). De hecho, niveles altos de IL-8 están asociados a un mal pronóstico y a resistencia a la terapia.
“La inhibición de la secreción de IL-8 ya se había propuesto con anterioridad como posible tratamiento del cáncer de pulmón y otros tumores sólidos -informa Francesca Favaro, investigadora predoctoral del Idibell y la Universidad de Ámsterdam, y primera autora del trabajo-, pero, ¿qué impulsa la secreción de IL-8? Gracias a este trabajo sabemos que la modulación de los receptores TRAIL podría ser una vía de regulación”.
En muestras de tumores humanos parece confirmarse el potencial tumorogénico de TRAIL. Los pacientes con niveles elevados de TRAIL y sus receptores presentan mayor expresión de IL-8 y tumores con mayor vascularización, indicador de desarrollo tumoral.
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