Las hormonas juegan un papel clave en dermatología, debido a que la piel es un órgano hormono-dependiente. A lo largo de nuestra vida experimentamos constantes cambios relacionados con las hormonas y todos tienen un reflejo directo en la piel, como ocurre en embarazo, menopausia, ciclo menstrual e incluso diversas patologías cutáneas". Con esta argumentación la Vocalía de Dermofarmacia del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos ha realizado una revisión bibliográfica de los últimos estudios científicos publicados para entender mejor y explicar a los farmacéuticos cómo se relacionan las hormonas y la piel.
Y es que, como dicen los autores del trabajo -entre los que se encuentran Gema Herrerías, Virginia Ortega, Helena Grande, Sandra Pérez, Paloma Carrasco, Manuel García, Mª Dolores Martín e Isabel Ruiz Nebrera-, "la piel ha pasado de considerarse un órgano receptor de señales hormonales a un órgano sensorial con actividad neuroendocrina. De hecho, en ella se expresan receptores endocrinos, así como enzimas que participan en la síntesis de hormonas y median señales dirigidas al sistema nervioso central, inmunitario o endocrino".
"A todos nos resultan familiares expresiones como la piel delicada del diabético, las manchas del embarazo o ya me ha salido el grano de la regla. Y es que las hormonas influyen directamente en la piel, desde su apariencia, textura y grosor hasta los signos de envejecimiento, como flacidez, arrugas, sequedad, alteración de la pigmentación, acné, prurito, diversas dermatitis, incluso aparición de estrías o celulitis; también en procesos de cicatrización y reparación de la piel", destacan los integrantes de la Vocalía en declaraciones a Correo Farmacéutico.
Para el trabajo de investigación, los autores revisaron una treintena de estudios recientes sobre enfermedades de la piel; por ejemplo, estudios sobre la regulación neuroendocrina de los sebocitos y el vínculo patogénico entre el estrés y el acné; estrógenos y piel; los efectos del estrógeno; la menopausia y la terapia de reemplazo hormonal en la piel; revisión del uso no autorizado (off label) de hormonas como estrategia antienvejecimiento; cómo las hormonas pueden modular la pigmentación de la piel, o el manejo de la caída del cabello en mujeres de mediana edad, entre otros.
Comunicación entre el cerebro y la piel
Tras el estudio, los firmantes han comprobado que el cerebro y la piel se comunican por diferentes mecanismos, además de contribuir al mantenimiento y la regulación de la homeostasis del cuerpo. Además, desde la piel se sintetiza un rango variado de hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos: vitamina D3, hormona liberadora de corticotropina (CRH), hormona adrenocorticotropa (ACTH), hormona estimulante de melanocitos (á-MSH), catecolaminas, serotonina, oxitocina, melatonina e incluso cannabinoides. Otras hormonas son modificadas aquí, como TRH, TSH y esteroides Ä7. Por otra parte, también se modifican proteínas con actividad neurohormonal, como adipoquinas (leptina, adiponectina), IL-6 y TNFá.
"La producción de todas estas señales -continúan los expertos- sigue los diferentes ejes hormonales: hipotálamo-hipófisis-adrenal, serotoninérgico/melatoninérgico, catecolaminérgico, esteroidogénico, etc. Una desregulación en estos ejes puede derivar en una patología dermatológica".
Desde la Vocalía andaluza de Dermofarmacia aseguran que, probablemente, la patología dermatológica más directamente relacionada con la actividad hormonal sea el acné. Asimismo, subrayan que el estradiol y los estrógenos participan directamente en el proceso de envejecimiento cutáneo, en la pigmentación, crecimiento del cabello, producción de sebo y sudor en mujeres. También condicionan el grosor, elasticidad y el grado de humedad de la piel por estar implicados en la síntesis de colágeno.
Durante la menopausia, también por acción hormonal, al decrecer los niveles hormonales con el paso de los años, disminuye la producción de sebo, la piel se vuelve más seca y más delgada. Por otra parte, los andrógenos y la testosterona regulan el grosor de la dermis y están directamente implicados en la fisiopatología del acné masculino, estimulando la producción de sebo y sudor.
Las hormonas juegan un papel importante en el estado de la piel durante el embarazo, pues en este momento la piel se pigmenta, apareciendo el melasma, y pueden aparecer varices, celulitis y estrías por la acción hormonal.
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