Hace exactamente un año, 28 de abril de 2021, el informe de vacunación indicaba que un 23,7% de la población en España había recibido al menos una dosis. En el mes de abril se vacunó a más gente que en los tres meses anteriores: costó coger el ritmo, pero con la primavera llegó el acelerón. Con ligeras variaciones entre CCAA, en mayo empezaría la vacunación en la franja 50-59 años y en junio la de 40-49 años. La gente hacía hasta dos horas de cola en algunos hospitales a primeros de mayo, ansiando recibir su dosis. La última semana de junio se notaba la inminencia de las vacaciones: casi 10.000 personas pidieron cita para vacunarse por la noche en el Zendal.
Conviene recordar esto ahora que apenas se habla de vacunación y el debate de las mascarillas se irá diluyendo y cuando parece que no hay más pandemia -a pesar de que las cifras de incidencia no dejan de subir en mayores de 60 años, parte de esos vulnerables a los que hay que vigilar en este momento, según la nueva estrategia de vigilancia de Sanidad- porque aún queda un número considerable de personas sin vacunar, a pesar de ser España uno de los países con más cobertura vacunal.
Según el último informe de vacunación (ahora se publica una vez a la semana, cada viernes), actualmente 39.214.613 personas han recibido al menos una dosis, es decir, el 93% de la población mayor de 12 años (datos INE). Sanidad indica que la población a vacunar es de 42.185.033, es decir, faltan casi 3 millones de personas (2.970.420) que no han recibido una sola inoculación. Por otro lado va la población pediátrica (de 5 a 12 años), donde de la población a vacunar (3.815.164) un 54,2% tiene al menos una dosis (2.066.567), es decir, faltarían por vacunar 1.748.600 niños.
Centrándonos solo en los adultos, ¿se trata de 3 millones de negacionistas? "Negacionistas puros, de pura cepa ideológica, francamente creo que en este país hay muy pocos, pueden ser un 1-2%, no más. Y la muestra está en que las coberturas vacunales en la vacunación infantil general, no solo del Covid, son superiores al 95% en nuestro país", recalca Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Para este epidemiólogo y vacunólogo, las personas sin vacunar pueden clasificarse fundamentalmente en ese pequeño porcentaje de negacionistas puros, en personas que tienen contraindicaciones médicas a las vacunas o "personas que entienden que no están expuestos al riesgo, que el riesgo no va con ellos porque es una enfermedad que afecta fundamentalmente a personas de edad avanzada o enfermas y ellos por su edad están de alguna manera 'inmunizados' al problema".
DESENSIBILIZACIÓN PARA ALÉRGICOS
En cuanto a las contraindicaciones médicas, por ejemplo, alergias, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) señalan que no disponen de cifras específicas para poder argumentar por qué la población, en concreto alérgica, no se ha vacunado frente al Covid. No obstante, y en cuestión de contraindicaciones, la doctora Nancy Ortega, presidenta del Comité de Alergia a Medicamentos de la Seaic, comenta que, en general, las vacunas se pueden administrar casi al 99% de las personas. "Lo único que varía es que, por ejemplo, a un trasplantado que tiene las defensas bajas quizá necesite más dosis de vacuna frente al Covid-19 que las personas sanas con la inmunidad normal. En el caso de la población que cursa alergia a algún componente de las vacunas, normalmente se busca una vacuna que no contenga dicho componente que le genera reacción al paciente. De hecho, últimamente se ha estado administrando mediante una técnica llamada desensibilización la vacuna en dosis pequeñas, que progresivamente se van incrementando hasta llegar a la dosis total necesaria".
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