Ya tenemos aquí, otro año más, el 23 de abril: Día Internacional del Libro y Día Internacional de la Lengua Española en las Naciones Unidas. Una ocasión excelente para mostrar el modo en que los grandes escritores aciertan a manejar la lengua con un estilo que sigue causando pasmo por su elegancia, riqueza expresiva, potencia comunicativa y un no sé qué que embelesa. Si en ocasiones anteriores les he traído algunas perlas de Cervantes, de otros escritores del Siglo de Oro, de nuestros grandes poetas modernos, en esta ocasión quiero remontarme más atrás en el tiempo.
Tomo prestados del filólogo vigués David Araújo (@chuzodepunta en Twitter) unos ejemplos demostrativos de cómo, desde bien antiguo, los maestros de la pluma supieron manejarla para hacer refulgir las palabras con una sonoridad áurea, con cadencia de manantial.
Ya en la Antigüedad clásica, por ejemplo:
Tú dices: «Mira que no estoy para bromas, y menos a estas horas, que estaba frito».
Homero, en el siglo VIII a. de C., decía: «¿Por qué te burlas de mí, si tengo el ánimo quebrantado por el dolor, diciéndome estos extravíos y me despiertas del dulce sueño que me tenía encadenados los párpados?».
Tú dices: «A ver, la mayoría, guapas, lo que se dice guapas, no sois».
Ovidio, allá por el cambio de era, decía: «¿Cuántas y quiénes se enorgullecen de su hermosura? Gran parte de vosotras carece de tal don».
Pero también en nuestro siglo XV:
Tú dices: «Me tira lo erótico-festivo, ma; qué le voy a hacer».
Una moza anónima del siglo XV (cuyas palabras nos llegan a través del Cancionero musical de Palacio) decía: «No puedo apartarme / de los amores, madre; / ¡no puedo apartarme! / Amor tiene aquesto, / con su lindo gesto, / que prende muy presto / y suelta muy tarde. / ¡No puedo apartarme!».
Tú dices: «Y el hijueputa venía con un pibón que te cagas».
El Marqués de Santillana decía: «Tenía al su destro lado / una muy fermosa dama, / de las que toca la fama / en superlativo grado».
Tú dices: «Yo, que tampoco es que sea muy listo...».
Juan de Mena decía: «E yo, Juan de Mena, exiguo e ínfimo en la suerte del repartimiento del dañado númine...».
Tú dices: «Hinchándote a follar y a beber no vas a ir al Cielo».
Jorge Manrique decía: «Que el vivir que es perdurable / no se gana con estados / mundanales, / ni con vida deleitable / en que moran los pecados / infernales».
Tú dices: «Vais a estar así de guapitos y de marcaditos siempre por los cojones. En nada os pondréis flácidos y seréis unos cromitos».
Jorge Manrique decía: «Decidme: la hermosura, / la gentil frescura y tez / de la cara, / la color y la blancura, / cuando viene la vejez, / ¿cuál se para?».
Tú dices: «Acabo de enamorarme de la cajera del Mercadona; ¡vaya follón!».
Juan del Encina decía: «Más sano me fuera / no ir al mercado, / que no que viniera tan aquerenciado; / que vengo, cuitado, / vencido de amor».
Tú dices: «El amor es una puta mierda».
Juan del Encina decía: «Es amor una afición / de desseo desseoso, / donde falta la razón / al tiempo más peligroso; / y es un deleite engañoso / guarnecido de dolor. [...]. Es un xarope mezclado / de un plazer y mil tristuras, / desleýdo con cuydado / en dos mil desaventuras; / que si beverlo procuras, / morirás si no ay favor».
Fernando A. Navarro
23 de abril: Día Mundial del Libro y Día Internacional de las Lenguas Española e Inglesa. En DIARIO MÉDICO lo celebramos con un ramillete de frases escogidas de Homero, Virgilio, Ovidio, Jorge Manrique, Juan del Encina... Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/iwHYD30
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