La gripe aviar vuelve a ser noticia. La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid ha confirmado este miércoles que la muerte de 105 ejemplares de aves silvestres (91 ocas, 9 gansos, 4 patos y una urraca) encontradas entre el 16 y el 18 de abril en el Parque de Polvoranca, en Leganés (Madrid) se debió a la infección por un virus de la gripe aviar, concretamente el H5N1.
Se trata del trigésimo tercer foco de gripe aviar detectado en aves silvestres en España en esta temporada, en la que, como en el resto de Europa y Norteamérica, se ha registrado una inusual y elevada circulación de estos patógenos.
Estas infecciones, a día de hoy, suponen un riesgo bajo para la población general ya que los virus de la gripe aviar afectan principalmente a las aves y raramente consiguen saltar a los humanos, señalan los expertos. Sin embargo, las características y el potencial de estos patógenos exigen que haya que vigilarlos de cerca, advierten. Porque estos virus ya han demostrado que, aunque no les resulta fácil, sí son capaces de infectar a los humanos.
Desde el comienzo de la actual temporada 2021-2022, cuyo inicio arrancó el pasado 1 de julio, hasta el 31 de marzo de 2022, en Europa se han registrado 1.758 focos en aves de corral y 2.305 en otras aves silvestres.
En España, los 32 brotes previos detectados en aves salvajes se localizaron en las provincias de Ávila, Badajoz, Cáceres, Cádiz, Córdoba, Girona, Huelva, Lleida, Madrid, Palencia, Salamanca, Segovia, Sevilla, Valladolid y Zaragoza. En cuanto a las aves de granja, según datos del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, a fecha 31 de mazo se han detectado 31 focos, todos ellos en Castilla y León y Andalucía.
Las muestras fueron remitidas al Laboratorio de Referencia de Algete, donde se confirmó en todos los casos que el causante de las infecciones pertenecía a la variante H5N1, un subtipo que ha demostrado ser capaz de causar infecciones puntuales -no contagio de persona a persona- en humanos.
Desde 2003 hasta 2022, se han detectado 863 infecciones por H5N1 en 19 países, 456 (un 53%) de las cuales acabaron con la muerte del paciente.
En Europa
Hasta 2022, todos estos contagios se habían producido fuera de Europa, principalmente en Asia, pero el pasado 6 de enero, Reino Unido notificó la primera infección humana por H5N1 identificada en Europa, en un anciano de Devon que tenía como mascotas alrededor de 20 patos.
El H5N1 no es el único subtipo de virus de la gripe aviar que ha conseguido dar el salto a los humanos. También patógenos como el H5N6, que ha provocado 78 infecciones entre 2014 y 2022, 32 de las cuales acabaron en muerte; o el H5N8, que logró saltar a siete trabajadores de una granja rusa en 2020 han demostrado su habilidad para infectar a las personas.
Esta misma semana, China ha confirmado la primera infección en humanos por otro virus de la gripe aviar, el H3N8, que se ha aislado en un niño de 4 años en la provincia de Henan.
El pequeño, que comenzó a manifestar fiebre y síntomas de enfermedad respiratoria el pasado 5 de abril, había estado en contacto con pollos y otras aves que criaba en su propia casa, según ha señalado la Comisión de Sanidad Nacional china. El organismo ha subrayado en un comunicado que "el riesgo de que el virus se extienda a otras personas es bajo".
"Sólo los virus de los subtipos H5 y H7 tienen la capacidad de pasar de ser cepas de baja patogenicidad a cepas de alta patogenicidad en aves; así que es muy probable que este virus H3N8 no estuviera causando ninguna sintomatología en las aves que se criaban en esa casa por lo que probablemente la infección pasara desapercibida", apunta Elisa Pérez Ramírez, investigadora del Centro de Investigación en Sanidad Animal CISA (INIA-CSIC).
"Los virus de la gripe circulan de manera natural entre las aves silvestres, que son su reservorio en la naturaleza. Cada cierto tiempo se produce un aumento en la prevalencia del virus en aves silvestres y aumenta por tanto el riesgo de que al contactar aves silvestres con domésticas se produzcan brotes importantes de enfermedad en las explotaciones avícolas, que es lo que estamos viendo en esta temporada 2021-2022. Los casos de gripe zoonótica también están aumentando, con casos cada vez más frecuentes de cepas raras que pasan de aves a humanos, como esta de H3N8", continúa la especialista quien aclara que estos saltos pueden deberse a "múltiples causas" si bien el contacto estrecho entre aves y humanos es un factor importante.
"En principio estos virus causan infecciones sin salida, es decir, que tienen muchas dificultades para transmitirse de persona a persona. Pero tantos casos aislados en los últimos años nos obligan a no bajar la guardia y mantener programas de vigilancia veterinaria que sean eficaces. Solo así podremos saber qué virus están circulando en las aves para estar preparados ante potenciales saltos de especie", recuerda.
La vigilancia es crucial, coincide, a través del correo electrónico Michelle Wille, investigadora de la Universidad de Sidney (Australia), que este jueves publica precisamente un artículo en Science sobre el resurgimiento de la gripe aviar y sus implicaciones para la salud pública y la economía.
Extremar la vigilancia
"Está justificado expandir la vigilancia de esta interconexión entre animales y humanos. Sabemos que en aves domésticas y salvajes hay una gran diversidad de virus de la gripe aviar. Y, sin embargo, en la mayor parte de los países fundamentalmente se hace una búsqueda de subtipos H5, H7 y H9, ya que son los que más preocupan. Ampliar esa vigilancia e incluir todos los subtipos es fundamental", señala la especialista australiana, quien reclama también programas de vigilancia en humanos en contacto directo con aves que, en muchos contextos, son "limitados o directamente inexistentes".
"Si queremos detectar mejor la transmisión zoonótica de la gripe aviar necesitamos vigilar tanto a las aves como a los humanos que interactúan con ellas", subraya. Además, también sería necesario tomar otro tipo de medidas preventivas, como la reducción de la densidad de las granjas o evitar la cría de aves cerca de espacios con alta afluencia de aves acuáticas salvajes.
Un riesgo potencial
De todos los virus de la gripe aviar, los que más preocupación despiertan entre los expertos son los H5 y los H7, porque son los que han demostrado causar una mayor tasa de mortalidad en humanos, explica Raúl Rivas, catedrático de Microbiología y director del grupo de Interacciones Microbianas de la Universidad de Salamanca. Pero la habilidad de estos virus para recombinarse y crear nuevas versiones es tan elevada que quizás haya otras combinaciones todavía desconocidas que también puedan suponer una amenaza.
"Los virus de la influenza tipo A, a los que pertenecen los de la gripe aviar, pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Existen 18 subtipos diferentes de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa, de H1 a H18 y de N1 a N11 respectivamente, por lo que hay decenas de combinaciones posibles. Incluso hay algunas que teóricamente sabemos que pueden existir, pero todavía no se han encontrado en la naturaleza. Dentro de cada subtipo, además, hay una gran variabilidad", señala Rivas, quien, como Pérez y Wille, recuerda la importancia de mantener sistemas de vigilancia y alerta para poder anticiparnos a estos posibles virus emergentes.
Más aún si tenemos en cuenta que el cambio climático, la globalización, la deforestación y la incursión cada vez más frecuente de los humanos en entornos salvajes favorecen la posibilidad de que aparezcan nuevas zoonosis.
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