¿Se imagina poder contar con una herramienta que le ayude a analizar mejor el contenido de las publicaciones científicas, le permita ver si dicho contenido da respuesta a sus necesidades asistenciales y le ayude a optimizar su aplicación en la práctica clínica diaria? Pues esto ya es posible: ocho hospitales españoles trabajan con un check-list que ha sido diseñado con esta finalidad y que además es la base de un curso de lectura crítica de evidencia científica que ofrece la Sociedad Andaluza de Farmacéuticos de Hospitales y Centros Sociosanitarios (SAFH).
Este check-list, dirigido a todos los sanitarios, busca que los profesionales adquieran la capacidad de llevar a cabo un abordaje crítico de los artículos científicos, empleando una metodología y un procedimiento normalizados, para que la aplicación de los conocimientos a la práctica clínica se haga con la mayor garantía para los pacientes, y contribuya así a elegir la mejor opción clínica en cada momento. Junto a esto, esta herramienta persigue que el profesional extraiga en poco tiempo lo más importante del estudio, y conozca si le es útil para su práctica sanitaria o si, por el contrario, debe descartar su lectura en profundidad.
A pesar de que buena parte de su uso actual, y de lo que se enseña en el curso formativo de la SAFH, se centra principalmente en ensayos clínicos sobre terapias y medicamentos, la metodología aplicada en este check-list sirve para cualquier ensayo clínico en general. Y es que, según explica Jesús Sierra, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera (Cádiz) y coordinador del curso de la SAFH, lo que se persigue con este método estructurado es que los profesionales "ganen en eficiencia y rigor en la lectura, aprovechen el tiempo y realicen un análisis crítico" de cara a ver si el contenido que se recoge es aplicable en sus pacientes y en su actividad clínica. "Conocer si un fármaco es útil para el tratamiento de una enfermedad y poder elegirlo en la terapia de un paciente es una herramienta clave", añade.
¿Cómo funciona este 'check-list'?
Este check-list está compuesto por varios pasos que permiten ir adentrándose poco a poco en el análisis detallado del estudio que se está analizando. "Lo primero que debemos hacer es ver el contexto clínico y responder a algunas cuestiones que son esenciales: qué preguntas se hace este estudio, cuál es su hipótesis, qué es lo que se quería contestar y qué esperaban encontrar con esta investigación", detalla Sierra. "Las respuestas a estas cuestiones básicas nos van a ayudar a filtrar y a ver si nos compensa seguir analizándolo y si el contenido se ajusta a nuestras necesidades. Por explicarlo de un modo sencillo: sería como el equivalente a un abstract, pero de una forma más crítica y analítica", añade.
En el caso de que el profesional considere que el artículo se ajusta a lo que está buscando y que compensa seguir ahondando en él, debe abordarlo a partir de tres aspectos claves: "El primero de ellos es ver si el diseño del estudio permite llegar a la respuesta que se ofrece. El segundo es ver si el resultado alcanzado puede extrapolarse a mis pacientes y a mis necesidades asistenciales. Y el último es ver si los pacientes que se han incluido en el estudio son representativos de mis pacientes; es decir, analizar si mis pacientes están representados en ese estudio".
Según detalla su coordinador, en el curso que ofrece la SAFH estos tres aspectos se analizan a través de un total de 25 preguntas (10 para el primero, 5 para el segundo y 10 para el tercero) que permiten responder en profundidad a cada uno de ellos.
"El hecho de conocer si el resultado obtenido es real, si me interesa para mis pacientes y si mis pacientes están representados son máximas esenciales para todo aquel que quiera llevar un estudio a su práctica diaria. Esta es la base de nuestra herramienta: ver si la evidencia que tengo es de calidad para justificar una intervención o no, y ver si esa evidencia se ajusta a mis pacientes", detalla Sierra.
Asimismo, pone un claro ejemplo que evidencia por qué es importante optimizar todo el trabajo que se hace en torno a estas cuestiones: "Analizar de un modo crítico la evidencia científica va a permitir que le demos garantías al paciente de que vamos a poder obtener el resultado que buscamos. Al igual que cuando se tuvo evidencia, se dejó de administrar hidroxicloroquina a los pacientes con covid, en el día a día se realizan numerosas intervenciones en las que es fundamental que analicemos cuál es la base de la evidencia para que sea siempre la más adecuada, y actuar acorde a ella".
Una "herramienta estratégica"
Si bien esta herramienta comenzó a utilizarse en el Hospital Universitario de Jerez de la Frontera, su uso se ha ido extendiendo y son ya ocho hospitales de todo el territorio nacional los que trabajan con ella de manera común a través de sesiones clínicas semanales: el Hospital Universitario de Jerez de la Frontera, el Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz), el Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid), el Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), el Hospital Universitario de Badajoz, el Hospital Universitario Parc Taulí (Sabadell, Barcelona) y el centro GénesisCare de Jerez de la Frontera. "Lo que hacemos en estas sesiones es analizar estudios, principalmente de fármacos que acaban de tener una opinión positiva de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y para los que aún queda un año para que se incorporen al arsenal terapéutico. Es una buena herramienta estratégica para, con mucha antelación, formarnos en farmacoterapia y tener una visión crítica sobre la utilidad de fármaco antes de su llegada", apunta Sierra.
Junto a esto, el experto señala que este check-list cuenta con años de trabajo y que terminó de elaborarse poco antes de la llegada de la crisis sanitaria de la covid-19. De hecho, según explica, se convirtió en un excelente aliado durante los meses más duros de la pandemia, en los que urgía dispone de evidencia científica para combatir al SARS-CoV-2. "La pandemia fue un buen laboratorio de pruebas para este check-list. Lo utilizábamos mucho cada vez que salía un artículo para analizarlo rápidamente, ver si el contenido nos era de utilidad y utilizarlo en la sesión clínica que teníamos al día siguiente con los equipos médicos. Fue una herramienta muy útil y muy práctica durante esos momentos tan complicados", explica.
Preparando la edición de 2023
Sobre el curso de lectura crítica de publicaciones científicas de la SAFH, en el que se profundiza con detalle en este check-list, hace escasos días que finalizó la edición de 2022, que fue la primera y que se desarrolló en formato on-line. Desde la sociedad científica señalan a este periódico que ya se está trabajando en la segunda edición, que se desarrollará en formato presencial en 2023. El curso busca, ante todo, ser práctico y aplicable a la práctica diaria. "Recorremos muchos ejemplo de la literatura de ensayos clínicos de fármacos que ya se aplican, y los analizamos de un modo muy detallado", afirma Sierra.
El curso, en esta primera edición, ha contado con seis sesiones de 90 minutos cada una. Además, está avalado y acreditado por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA). "Entre los objetivos específicos del curso se encuentran realizar lecturas comprensivas más eficientes de artículos científicos; identificar la estructura y los elementos relevantes que dotan a un artículo de coherencia y rigor metodológico; analizar la adecuación de los métodos al objetivo del artículo desarrollando y profundizando en los conceptos de validez interna (si son válidos los resultados del ensayo), validez externa (si esos resultados pueden ayudar en la aplicación clínica) y relevancia clínica de los resultados del artículo, mediante un procedimiento normalizado; y por último, optimizar la toma de decisiones clínicas tras la lectura crítica", afirman desde la SAFH.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/dZI4GFa
No hay comentarios:
Publicar un comentario