Las recetas ilegibles en la oficina de farmacia han sido y son un reto para el farmacéutico que en ocasiones se encuentran con auténticos jeroglíficos en los que es complicado descifrar qué medicamento han prescrito al paciente. Esta realidad farmacéutica ha dado el salto a las redes sociales de la mano del farmacéutico Guillermo Martín (@Farmaenfurecida).
"Todo empezó cuando empecé a subir recetas ilegibles que nos llegaban a la farmacia a redes sociales para que nos ayudaran a saber qué ponía. Tuvo mucha acogida y es que incluso personas de fuera del mundo de la farmacia participaban. Es como un crucigrama o un pasatiempo. Había algunas en las que la respuesta correcta tardaba en aparecer", explica Martín.
Con la receta electrónica el número de recetas a mano se ha reducido drásticamente y por ende las prescripciones ilegibles. "Nosotros estamos al lado de una mutua y todavía nos llegan muchas recetas a mano, aunque todas las que subo a las redes no son de la farmacia en la que trabajo, sino que muchas me las pasan”, explica el que se ha convertido en un adalid de este movimiento contra las recetas indescifrables.
El paciente, una pista para descrifrar
Este farmacéutico e influencer destaca que, ante una receta ilegible, lo primero que hay que hacer es preguntarle al paciente qué le sucede para, con esas explicaciones, ir descartando opciones e ir cerrando el círculo hasta adivinar qué es lo que pone en la receta. "Cuando te encuentras con una receta que no sabes muy bien lo que pone, el primer paso debe ser preguntar al paciente qué le pasa y en función de la respuesta ya te ubicas y no tienes que pensar en todo el vademécum”, describe.
"Además del aspecto divertido de las recetas ilegibles, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones puede suponer un problema y es que el paciente tiene derecho a saber qué le recetan y pueden darse errores de dispensación", especifica en un tono más serio. En su opinión, no hay una conciencia del riesgo que puede suponer dar un tratamiento equivocado por una mala caligrafía.
La carrera y las prisas, las causas
Para este farmacéutico, el problema de las recetas ilegibles tiene varios factores. "Los médicos durante la carrera toman apuntes muy rápido y se les va deformando la letra y también las prisas a la hora de hacer las recetas afectan, pero hay en muchos casos que ni si quiera se intuye lo que puede haber escrito y ahí aparece ese vestigio evolutivo del farmacéutico para descifrar", apuntala.
No obstante, aunque no sucede mucho, en ocasiones los farmacéuticos se sorprenden con que lleguen recetas con una caligrafía clara y perfecta. "Pasa pocas veces, pero también subo a las redes sociales recetas que se entienden muy bien", especifica Martín.
Orgasmo farmacéutico pic.twitter.com/i0o4gTMDIB
— Guille Martín (@Farmaenfurecida) September 4, 2020
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