"Siempre he tenido relaciones seguras, pero el uso de la PrEP me da la seguridad de una doble protección. Lo hago por mi salud física y mental". Así contesta Juan de 49 años a por qué es usuario de la Profilaxis Pre Exposición (PrEP) al VIH. "Reduzco al mínimo el riesgo de contagio". Hasta el 30 de junio de 2022 el Ministerio de Sanidad ha recibido la notificación de 2.786 nuevos diagnósticos de VIH en el año 2021, lo que representa una tasa de 5,89 por 100.000 habitantes (una cifra pendiente de ajustar por el retraso en la notificación).
Desde noviembre de 2019 se dispensa en nuestro país la PrEP, una estrategia combinada de prevención de la infección. "Estaba disponible desde 2016, pero tardó en incluirse en la cobertura del Sistema Nacional de Salud (SNS). De forma privada, muchos usuarios accedían a ella costeándose la terapia; hoy ya no es así", cuenta Lucio J. García-Fraile Fraile, médico adjunto en Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna en Hospital Universitario de La Princesa, de Madrid.
Con esta terapia se pretende poner una barrera más a los contagios por VIH. "Se trata de la toma diaria en una sola pastilla de tenofovir disoproxil fumarato y emtricitabina (TDF/FTC) en personas a riesgo de adquirir la infección. La PrEP forma parte del paquete de medidas farmacológicas y no farmacológicas dirigidas a la prevención del VIH denominada estrategia de prevención combinada", detalla García-Fraile.
En mayo de este año, todas las autonomías habían implantado la PrEP en sus territorios, según recoge un informe del ministerio de Carolina Darias. El número estimado de usuarios que estaban tomando PrEP a esa fecha era de 13.652 personas, según la notificación aportada por las comunidades.
"Hago uso de la PrEP desde hace medio año. Una de las razones principales es que el acceso hospitalario es más ágil y privado", cuenta Juan sobre cómo recibe la medicación preventiva. "Antes en Madrid había un solo centro, pero desde junio somos varios hospitales los que somos puntos de dispensación; eso ha ayudado a que más personas se animen a solicitarla", añade García-Fraile. El médico apunta que en el Centro Sanitario Sandoval había listas de más de medio año de espera, "y perdías una mañana entera allí; estaba saturado", añade Juan.
La dispensación de la profilaxis es un acto que va más allá de dar una pastilla. "Hay que entender que son personas sanas las que piden el fármaco. Se les hace un estudio de VIH, hepatitis e ITS en la primera visita y, una vez descartada la infección, en una segunda visita, se prescribe", detalla el médico. "Luego, acuden cada tres meses al hospital y se someten a cribados de ITS y controles periódicos de su salud".
En torno a la PrEP se han generado mitos y leyendas. "Algunas personas, desde un punto de vista moral, han querido vender la pastilla para que puedas follar a pelo. Pero, eso no es. Hay gente que hace este empleo, sí. Pero no es para lo que se administra desde las instituciones sanitarias. Pongo el ejemplo del coche, uno no se compra uno para ponerse a 180 km/h en dirección contraria por la autovía, aunque haya gente que lo haga", deja claro García-Fraile.
Otra de las etiquetas que fomenta el estigma hacia los colectivos que la usan es que como prescinden del uso de preservativo, se incrementa el riesgo de infección de transmisión sexual. Y se apuntan a una relación directa el aumento de las ITS en la última década. Jorge Garrido, como director ejecutivo de Apoyo Positivo y miembro de Fexits (Foro de Expertos en Infecciones de Transmisión Sexual), puntualiza la situación. "Esas infecciones ya estaban en ascenso antes de la llegada de la PrEP. Ahora, con la dispensación controlada de ella lo que hay es una ventana de oportunidad para tratarlas".
Garrido insiste en que detrás de la PrEP hay mucho más que una pastilla "para no pillar la infección", como se ha extendido. "En la consulta se abordan muchos más asuntos. Hay otros fenómenos que se pueden abordar para conocer este incremento interno, desde las prácticas sexuales a las que en la que hay una exposición a más riesgos que en otras, por ejemplo las ITS. ¿Hay más? No tiene porqué, se están detectando más al tener a la gente controlada con los cribados cada tres meses", recuerda Garrido.
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