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domingo, 10 de abril de 2022

La técnica que lleva las terapias al 'corazón' de la enfermedad de Parkinson

Neurología
soniamoreno
Lun, 11/04/2022 - 08:00
Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson
Carmen Gasca, neuróloga e investigadora del entro Integral de Neurociencias AC HM CINAC Madrid. Fotos: SERGIO GONZÁLEZ VALERO
Carmen Gasca, neuróloga e investigadora del Centro Integral de Neurociencias AC HM CINAC Madrid. Fotos: SERGIO GONZÁLEZ VALERO

Hace unos días, un telescopio espacial nos mostraba la estrella más lejana observada, Eärendel. Mientras los astrofísicos otean el universo, dotando a los astros de nombres sacados de las páginas de Tolkien, los neurocientíficos ensanchan las fronteras del conocimiento del cerebro y sus enfermedades en busca de nuevos tratamientos, para los que recurren a siglas menos evocadoras. El LIFU, acrónimo inglés de ultrasonidos de baja intensidad, es la técnica con la que esperan rebasar la última frontera del cerebro: la barrera hematoencefálica. El objetivo es que los tratamientos de las enfermedades neurodegenerativas lleguen con más eficacia y de forma selectiva al lugar donde empiezan esos trastornos. En un futuro cercano, a tenor de los estudios publicados, podría tener relevancia clínica en la enfermedad de Parkinson, un trastorno que afecta en España a unas 150.000 personas, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), y cuyo día se conmemora mañana 11 de abril. 

La barrera hematoencefálica es el muro que protege y aísla al cerebro, impidiendo que desde la sangre entren sustancias; pero también obstruye el acceso de algunos medicamentos y terapias. En la enfermedad de Parkinson, un buen número de tratamientos sintomáticos logran que evolucione de forma controlada, pero se mantiene el reto de impactar sobre los mecanismos de esta enfermedad. Y ese es el gran objetivo de médicos y científicos del Centro Integral de Neurociencias AC HM CINAC Madrid. En los 500 metros cuadrados que conforman su sede, ubicada en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles, hay una mezcla adecuada de neurólogos, físicos médicos, neurocirujanos, neuropsicólogos, técnicos de imagen e ingenieros, toda una rara avis en el panorama biosanitario español. De esta forma, es más mucho más fácil que las ideas lleguen a la investigación, con todos los modelos experimentales necesarios, y de ahí, al ensayo clínico. El cartel Stop Parkinson que reza en la entrada no es decorativo, sino la razón de este equipo multidisciplinar que dirige José A. Obeso

Como explica el neurólogo, "la mayor parte de tratamientos que se contemplan para actuar sobre el proceso neurodegenerativo no atraviesan la barrera hematoencefálica o lo hacen en cantidades ínfimas. Si tomamos como ejemplo los anticuerpos que se están ensayando y se suministran por vía intravenosa, el cálculo más optimista es que llegan en un 1% al cerebro y de manera difusa. Lo idóneo es que podamos tratar al paciente en los primeros meses del diagnóstico. En ese estadio inicial se produce esencialmente una pérdida de las neuronas dopaminérgicas en una zona bien localizada de un hemisferio (porque empieza de manera asimétrica y en más del 90% de los casos afecta a las neuronas que controlan la extremidad superior). Así que contamos con una diana topográfica sobre la que poder actuar como primera línea terapéutica, de forma que los tratamientos no se expandan por todo el cerebro, sino solo en el punto donde se inicia la neurodegeneración". 

La neuróloga Carmen Gasca.
La neuróloga Carmen Gasca.

Las aproximaciones previas para abrir la barrera hematoencefálica (como las basadas en soluciones hipertónicas o en el empleo de la vía intraventricular) no han resultado suficientemente específicas o dieron problemas de seguridad. Sin embargo, con los ultrasonidos de baja intensidad o LIFU se ha desarrollado una técnica poco invasiva que permite la apertura focalizada y reversible. De hecho, el LIFU se ha utilizado de forma preliminar en la enfermedad de Alzheimer y ciertos tumores cerebrales (glioblastoma multiforme), con resultados alentadores. 

En la enfermedad de Parkinson, la técnica ha demostrado que es viable y segura. Así lo explica Carmen Gasca, la primera autora del estudio en Nature Communications que lo reflejó por primera vez. La neuróloga del HM CINAC Madrid detalla que trataron a pacientes con enfermedad de Parkinson y demencia, "un cuadro muy prevalente, para el que los abordajes actuales tienen un beneficio modesto". El equipo multidisciplinar –Gasca es hoy su cara visible, aunque recalca que esto es posible gracias al trabajo de muchos profesionales– aplicó la técnica LIFU en cinco pacientes en la corteza parieto-occipito-temporal, "región implicada en el deterioro cognitivo de la enfermedad de Parkinson". Realizaron dos tratamientos, separados por unas dos a tres semanas. "Si bien no era el objetivo del estudio, observamos que los pacientes mejoraban cognitivamente. Debemos ser cautelosos, porque es una experiencia preliminar, pero lo cierto es que resultó muy positiva".  

El procedimiento no invasivo se realiza en un equipo de resonancia magnética de 3 Teslas. Se coloca al paciente un marco de estereotaxia idéntico al utilizado con la técnica HIFU, se define la región de apertura y se inicia la emisión de ultrasonidos de baja intensidad-frecuencia. El paciente está sedado la mayor parte del tiempo, y en general no hay problemas de tolerabilidad ni complicaciones de relevancia. 

Microburbujas

La técnica LIFU no produce un calentamiento en la zona donde se aplica. Se ayuda de microburbujas, inyectadas por vía intravenosa, que facilitan la apertura controlada de la barrera (lo que los físicos llaman una cavitación estable). Para comprobar que se ha abierto, realizan una resonancia magnética cerebral con inyección de un contraste (gadolinio). "En modelos animales, la barrera se cierra en unas ocho horas, pero en el ser humano puede estar abierta un día o incluso algo más". 

La técnica que borra el temblor de los pacientes sin cirugía, Los LIFU permiten la apertura de la barrera hematoencefálica cerebral en Parkinson , La subtalamotomía por ultrasonidos de alta intensidad, eficaz y segura para síntomas motores del Parkinson
Este equipo también ha aplicado el LIFU sobre el estriado, "la primera zona en verse afectada por la enfermedad de Parkinson, y donde se acumulan habi
Incidir en la neurodegeneración de la enfermedad de Parkinson es posible, si se logra dominar la apertura de la barrera hematoencefálica. Off Sonia Moreno. Madrid Off

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