La hidratación materna adecuada durante el parto es fundamental para asegurar contracciones eficientes. La administración de fluidos intravenosos también es común, pero no existen pautas establecidas y hay gran variabilidad en la práctica clínica respecto a la reposición de líquidos durante el trabajo de parto.
Además, las políticas restrictivas de nada por vía oral relativas a la ingestión de líquidos durante el trabajo de parto todavía se imponen en algunos hospitales contrariamente a las Directrices del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (NICE, 2017 propuestas, así como las Guías Prácticas de Anestesia Obstétrica de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA, 2016).
Lo cierto es que no se ha definido de forma explícita el manejo adecuado de las necesidades hídricas de las mujeres durante el trabajo de parto. Ante este panorama, un estudio capitaneado por una matrona pone negro sobre blanco las pautas de hidratación en gestantes nulíparas con trabajo de parto de bajo riesgo en relación a tipos de soluciones y volúmenes administrados por vía oral (agua, bebidas isotónicas), así como tipos de soluciones por vía intravenosa (salina, ringer lactato, dextrosa al 5%, glucosalino), volúmenes y formas de administración (goteo o bomba e perfusión).
Se trata de 'Eficacia de la hidratación óptima durante el trabajo de parto en la reducción de los tiempos de dilatación y de expulsivo, de cesáreas, de fiebre y de deshidratación', un ensayo clínico que ha demostrado la eficacia de la hidratación óptima en las mujeres con trabajo de parto, y que ha capitaneado Ana Belén Hernández López, matrona y supervisora en el madrileño Hospital Puerta de Hierro. Y lo ha hecho junto a un equipo multidisciplinar formado por el jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Puerta de Hierro, el adjunto de Ginecología, la adjunta de Anestesia y una adjunta de Nefrología, así como varias enfermeras y auxiliares.
Un mayor volumen de líquidos administrado a mujeres nulíparas durante el trabajo de parto de bajo riesgo se asocia con mejores resultados obstétricos y neonatales
El volumen medio total de líquidos infundidos durante el trabajo de parto fue de 300 ml/h, que se asoció con mejores resultados obstétricos y con la hidratación óptima. "Todavía hay una falta general de conocimiento sobre el manejo de volúmenes y la mejor elección de solución salina respeto a la eficacia de la hidratación como a la seguridad de las mujeres y sus recién nacidos. Quisimos valorar las diferencias en las pautas de hidratación en parto espontáneo e inducido; los resultados obstétricos y neonatales, así como las complicaciones maternas y de los bebés. Otro de los objetivos del estudio era identificar el estado de hidratación de la gestante durante el trabajo de parto y su relación con el volumen de líquido administrado durante el mismo", añade.
Este proyecto de investigación - que está becado por el Fondo de Investigación Sanitaria- podrá marcar un antes y un después en el manejo de la hidratación intraparto. "Antes había realizado un descriptivo donde se demostró que las mujeres mejor hidratadas y sus neonatos tienen una incidencia de morbilidad menor que las peor hidratadas (menos tiempo de trabajo de parto, cesáreas y partos instrumentados)", dice.
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