Satse ha denunciado que las precarias condiciones laborales que ofrecen los distintos servicios de salud a las enfermeras recién graduadas siguen provocando la fuga de talento enfermero a otros países, "algo especialmente perjudicial cuando se producen crisis sanitarias como la actual".
Ante este panorama, Satse ha elaborado un estudio comparativo entre los servicios de salud de las diferentes comunidades autónomas y ha concluido que, tras los años de sucesivos recortes en derechos y prestaciones, "no han mejorado los salarios base para cualquier enfermera que ha finalizado sus estudios universitarios de Grado y se incorpora al mercado laboral, por lo que siguen situándose en torno a una media de 1.300 euros brutos mensuales", dicen desde el sindicato enfermero.
Esta falta de reconocimiento salarial, junto a la alta temporalidad y precariedad que sufre este colectivo, encadenando contratos de días o semanas, lleva a muchos jóvenes enfermeros y enfermeras graduados a no ver otra alternativa que emigrar a otros países europeos, como Alemania, Finlandia, Reino Unido, Suecia o Dinamarca, o de fuera del continente en busca de mejores condiciones laborales y retributivas.
El salario de una enfermera recién graduada se sitúa, de media, en los 1.300 euros brutos al mes
En este sentido, la organización sindical recuerda que España está haciendo una inversión muy importante para formar y capacitar a las enfermeras en sus cuatro años de Grado y dos años más si optan por hacer una especialidad, "pero son otros países los que se están aprovechando de la excelente formación universitaria, mejorando sus sistemas sanitarios de salud sin coste adicional alguno".
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Consecuencias de la falta de profesionales
Las consecuencias de esta fuga de talento enfermero a otros países, con miles de profesionales trabajando fuera de España, se han constatado especialmente durante la actual crisis sanitaria "al no poder recurrir a ellos para atender y cuidar como se merecen a todas las personas afectadas por la enfermedad o para realizar labores de detección y seguimiento de la misma, sin olvidar el resto de patologías y procesos de mejora de la salud que requieren de estos profesionales".
Satse añade que, a pesar de que España sufre un histórico y crónico déficit estructural de enfermeras en los hospitales y centros de salud, "se permite que miles de profesionales perfectamente cualificados y capacitados tengan que hacer las maletas para buscarse la vida en otros países”.
Esta situación la rentabilizan muchos países europeos como Alemania, Finlandia, Reino Unido, Suecia o Dinamarca, que además ya cuentan con las mejores ratios de enfermera por habitante.
"La mayoría de los países europeos tienen muy clara la necesidad de incrementar sus plantillas de enfermeras, algo que sigue sin suceder en España por la escasa capacidad de nuestras autoridades sanitarias para dar respuesta a las necesidades actuales y futuras en materia de salud del conjunto de la ciudadanía".
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