Un testamento bien hecho ahorra muchos problemas legales y familiares, sobre todo si entre los bienes del testador se encuentra una farmacia. Al tratarse de un establecimiento sanitario privado de interés público, solo puede ser titular y propietario un licenciado en Farmacia y únicamente se puede adjudicar a los herederos que sean boticarios.
“La sucesión de un titular suele plantear problemas cuando tiene varios hijos, farmacéuticos y no farmacéuticos. La regla general es que el progenitor quiera igualar a todos sus descendientes, pero la botica solo se puede transmitir al que ostente la titulación necesaria y, aun siendo todos los hijos farmacéuticos, puede no convenir dejársela a todos. De hecho, si la farmacia es el bien con mayor valor económico puede que no sea factible igualar a todos los hijos”, explica a CF Rosa Blanco, responsable del Departamento de Transmisiones de Orbaneja Abogados.
Planificar con tiempo la sucesión, ya sea inter vivos o mortis causa, ayuda a dejar la oficina en herencia sin conflicto, permitirá al titular tomar decisiones conscientes, evitar imprevistos y preparar el impacto fiscal que supondrá para todos, así como compensar adecuadamente a los herederos no farmacéuticos.
“Contar con un plan de sucesión permitirá a todos anticiparse a las necesidades de la empresa, al impacto fiscal, a establecer las acciones necesarias para el relevo y preparar al sucesor para asumir la dirección de la botica”, indica Maricarmen Sáez, creadora de Impulsatufarmacia.com.
Recuerda que la botica, en muchos casos, es el mayor patrimonio familiar y que el titular farmacéutico debería dejar todo dispuesto para que quede clara su voluntad y que sea respetada. “Tendrá que poner sobre el papel la realidad de la oficina, las opciones disponibles para la sucesión y el rol que cada una de las partes tendrá en ella”.
Un plan de sucesión ayudará a que la transición sea suave y a respetar los nuevos roles
El sector farmacéutico, sin embargo, está más concienciado en lo económico que en lo empresarial para preparar bien la sucesión. “A pesar de ello, cada vez son más los titulares que entienden su farmacia como una empresa y que comprenden la importancia de transmitir, no solo las finanzas y los recursos humanos, sino su manera de hacer las cosas para acompañar a las nuevas generaciones en la construcción de una oficina diferente”, dice Sáez.
Abordar la sucesión
Soltar voluntariamente las riendas de un negocio que ha costado mucho esfuerzo construir requiere de grandes dosis de confianza y generosidad. Para la responsable de Impulsatufarmacia.com, el proceso va a generar siempre tensiones y se puede convertir en un juego de poder y de egos, pero si se hace con tiempo y sin prisas se podrán fijar los detalles y aprender juntos los nuevos roles.
“El trabajo se complica cuando se trata de relaciones familiares en las que existen diferentes criterios a la hora de dirigir la empresa y el papel de liderazgo se tiene que ceder de padres a hijos. Los sistemas de trabajo, además, se deben adaptar, y ello requiere tiempo, flexibilidad y la implicación activa de todas las partes, incluyendo al equipo”, señala la experta.
Lo primero que hay que plantearse, según Orbaneja, es si algún hijo con la titulación necesaria quiere continuar con la actividad de la farmacia. “En el caso de que sea así, también habrá que valorar las necesidades económicas del progenitor para optar por una donación o una compraventa, donde el pago del precio se suele pactar de forma aplazada y sin que genere interés alguno. Con esta segunda opción, ya no se plantearía el problema de cómo igualar al resto de descendientes, ya que el que adquiere la farmacia la estaría comprando”.
Un error habitual es no tener en cuenta las implicaciones fiscales de una transmisión para los herederos
No obstante, Sáez advierte que la sensación de comprar la farmacia puede llegar a ser agridulce para el hijo farmacéutico: “Cuando uno de los hijos ha estado trabajando durante años y aportando su esfuerzo al crecimiento de un negocio, reconocer esta labor es muy difícil y raramente se consigue, y le suele quedar la sensación de pagar un mayor coste por la empresa que él mismo construyó”.
En opinión de Lidia Ros, responsable del Departamento Fiscal de TSL Consultores, lo primero que hay que hacer es un inventario, tanto de los bienes y derechos como de las deudas que se van transmitir. “Después se harán cupos de reparto entre los herederos y se verá el coste fiscal de las diferentes opciones planteadas”.
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