La sanidad catalana aguanta la respiración a la espera de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, nombre en las próximas horas a un consejero o consejera de Salud que sustituya a Josep Maria Argimon, un independiente que había sido puesto en el cargo por Junts, partido político que hasta ayer, en que anunció su renuncia, gobernaba con ERC en la administración autonómica de Cataluña.
ERC, que ya estuvo al frente de Salud en la anterior legislatura, con Joaquim Torra (Junts) como presidente y Alba Vergés (ERC) como consejera del ramo, tiene entre sus filas a gente que puede asumir ese cargo con garantías como, por ejemplo, Adrià Comella, actualmente director general del Hospital de Sant Pau de Barcelona y ex director del Servicio Catalán de la Salud en la anterior legislatura, o Manel Balcells, que ha ocupado varios cargos en el Gobierno Generalitat y sus instituciones y entidades desde el Gobierno tripartito (PSC, ERC e ICV-IUiA) de Pasqual Maragall.
Quedan casi dos años y medio de legislatura por delante y se prevé un 2023 muy complicado por la inflación y la crisis energética. Aragonès, que dedicará el día de hoy a meditar sobre los relevos de los siete altos cargos que deja vacantes Junts en su Ejecutivo, ha manifestado ya que quiere continuar gobernando en solitario. "Sería totalmente irresponsable dejar Cataluña sin Gobierno", ha dicho.
Junts per Catalunya ha abandonado el Govern tras meses de crisis con ERC y tras consultar a sus 6.465 afiliados, que secundaron ayer mayoritariamente (55% votos) la opción del ex presidente de la Generalitat fugado de España Carles Puigdemont y de Laura Borràs, suspendida de los cargos de diputada y presidenta del Parlamento autonómico por un caso de presunta corrupción (fraccionamiento de contratos al frente de la Institución de las Letras Catalanas) que está actualmente en manos de la Justicia.
“Iniciamos una nueva etapa con un Gobierno que se dedicará al cien por cien a servir a la ciudadanía y con personas que representan los consensos del 80% del país”, ha dicho Aragonés, dejando la puerta abierta a la incorporación personas de fuera de ERC y no independentistas aunque sí partidarias de un referéndum de autodeterminación.
El movimiento de Junts deja un gobierno inestable en la Generalitat y a los tres grupos independentistas (ERC, Junts y la CUP) divididos en el Parlament. Los de Aragonès tienen 33 escaños y sin el apoyo de los 32 diputados de Junts solo podrán pactar presupuestos de la Generalitat para 2023 y otras iniciativas legislativas con el PSC (33 escaños), que ganó las elecciones pero no formar gobierno, y con En Comú Podem (8), puesto que la CUP retiró su apoyo a los de Esquerra ya antes de que lo hicieran los de Junts.
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