El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido para hacer balance de la situación de la epidemia: “La situación es muy grave y los próximos meses serán muy duros”. Apenas unas horas después de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijese que quiere saber qué apoyos parlamentarios tendría un nuevo estado de alarma nacional, Sánchez no ha anunciado su petición formal sino que ha apelado de momento a la “unidad y disciplina social” para combatir esta segunda ola porque “no queremos volver a un confinamiento en los domicilios”.
Con todo, no ha restado preocupación a la situación: “Para que se entienda bien el significado de los datos que estamos registrando: hemos llegado a duplicar la cifra de casos notificados en 24 horas con respecto al peor día de la primera ola. Si las cifras de hospitalizados y de fallecidos son francamente inferiores a las de aquel momento se debe a una sola razón: ahora se están haciendo muchos más test que entonces. Es decir, ahora se detecta la mayoría de los casos, en torno al 70%, mientras que en primavera la infección se difundía sin control, pues apenas se diagnosticaba el 10% del total de contagios” ha dicho. Según ha detallado, así, aunque se ha superado formalmente el millón de contagios en el país, “el número real de personas que han estado infectadas en nuestro país supera ya los 3 millones de compatriotas”, según lo que se desprende de los estudios de seroprevalencia.
El presidente ha insistido en que, con la llegada del inviernos y la proliferación de enfermedades respiratorias, el virus se está extendiendo con facilidad y “mi obligación, como presidente del Gobierno, es ser fiel a la realidad y exponerla sin adornos y con toda crudeza. La situación es grave. Y entre todos, debemos actuar con determinación, con la máxima disciplina social y la necesaria e imprescindible unidad”.
Sin hablar aún de la posibilidad de solicitar un nuevo estado de alarma nacional, Sánchez ha dicho que “la situación no es comparable a la del 14 de marzo, cuando nos vimos, recordémoslo todos, obligados a decretar un confinamiento domiciliario general. Y lo que queremos evitar justamente es llegar a ese punto por las consecuencias que tiene esa medida sobre la vida social y el impacto económico. Pero debemos todos –me refiero a las instituciones, a los partidos políticos pero todos y cada uno de los ciudadanos- recordar cómo frenar al virus y actuar en consecuencia. El virus se transmite entre personas, no viaja solo ni puede sobrevivir mucho tiempo fuera de organismos humanos. Y para contener los contagios hay que reducir la movilidad y los contactos entre personas. No hay otra solución. No hay otra alternativa”, ha dicho.
Apenas unas horas después de que Madrid anunciase el fin de su confinamiento perimetral cuando decaiga el sábado el estado de alarma que había decretado en la autonomía el Gobierno central y poco antes de que el lehendakari Urkullu pidiese formalmente que que declare estado de alarma en el País Vasco, Sánchez se ha referido al papel de las autonomías en la contención de esta segunda ola con la batería de medidas adoptadas el jueves en el Consejo Interterritorial de Salud.
“Desde el Gobierno de España trataré de impulsar la máxima unidad y coordinación entre administraciones públicas. Comenzando por los gobiernos autonómicos, por las autonomías, que tienen confiada la gestión de los servicios sanitarios por nuestras leyes. Soy de los convencidos de que la descentralización autonómica que estableció nuestra Constitución es una fortaleza y no una debilidad; es la garantía de cercanía con la realidad cotidiana de los ciudadanos. Pero la diversidad requiere coordinación y unidad. Este es el mensaje que volveré a trasladar en la 23 Conferencia de Presidentes de autonomías que vamos a mantener este mismo lunes”, ha dicho al respecto.
Con todo, Sánchez ha insistido una y otra vez en apelar a la conciencia ciudadana más allá de a las leyes e instituciones: “Nadie, ni las comunidades autónomas y sus gobiernos autonómicos, ni los gobiernos municipales, ni el Gobierno de España tienen ningún interés en imponer más limitaciones que las que resulten imprescindibles para evitar la propagación de la pandemia. Pero necesitamos de la máxima colaboración, conciencia y disciplina ciudadana. Las próximas semanas y los próximos meses, ahora que entramos en el invierno, serán duros, muy duros”.
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Y con cifras sobre la mesa ha propuesto “un reto colectivo: España hoy sufre una incidencia acumulada, según los datos que conocimos ayer, de 348 casos por cada 100.000 habitantes” y según lo aprobado el jueves en el Consejo Interterritorial una incidencia de más de 250 casos por 100.000 habitantes supone un riesgo extremo. “Por eso debemos lograr una incidencia acumulada caiga por debajo de los 25 casos por 100.000 habitantes. Esto es, tenemos mucho camino por recorrer”, ha concluido
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