La industria farmacéutica innovadora asentada en España se ha convertido en un motor económico y social para nuestro país. Las cifras que maneja Farmaindustria avalan esta aseveración. Se ha consolidado un crecimiento anual del 2% desde 2017 y se prevé un aumento similar para este año. Se trata de un empleo estable; la media nacional del 18,1% no resiste la comparación con el 93,4% de contratos indefinidos que se hacen en este sector. Es altamente cualificado y femenino: en España hay más de 44.000 empleos directos, de los cuales el 53,4% corresponden a mujeres.
Todas estas características se evidencian e incluso en algunos casos se superan en los departamentos de I+D. “La innovación y la digitalización impactarán positivamente en la aceleración de los procesos I+D, resultando en un acortamiento de los plazos hasta un retorno de la inversión rentable y que favorezca futuras inversiones”, comenta la responsable de la Unidad de Ensayos Clínicos de Sanofi, Bibiana Figueres, quien estima que el empleo en estos departamentos es incluso más estable que en el sector farmacéutico en general debido a la elevada demanda de especialistas en investigación.
Capitalización del conocimiento
Además, la tecnología ayuda: “La tecnología ha favorecido la deslocalización de posiciones que antes solo podían situarse en los headquarters, y ahora pueden estar en afiliadas o incluso trabajando desde cualquier lugar del territorio nacional, lo que ha enriquecido la capitalización del conocimiento”.
La alta cualificación es otra seña de identidad de los departamentos de I+D, donde el porcentaje de profesionales titulados es del 90%, frente al 64% global. Son equipos multidisciplinares de licenciados en ciencias biológicas como biología, medicina, farmacia, biotecnología o química. Según Figueres, se suelen buscar profesionales que hayan llevado a cabo posgrados específicos en investigación clínica. Pero están emergiendo nuevos perfiles, dado que la pandemia ha demostrado la necesidad de evolucionar hacia sectores estratégicos que permitan atraer y mantener el talento: “Actualmente, además de los perfiles biocientíficos, son muy demandados expertos en ciencia computacional, análisis de datos, expertos en el área digital, etc.”.
La asesora senior en Investigación y líder científica para Programas de Descubrimiento de Fármacos en Oncología del Centro de I+D de Lilly, Lourdes Prieto, valora algunas cualidades personales junto a la formación académica: “Tiene que ser una persona tenaz, positiva, intuitiva, creativa, paciente y con mucha capacidad para relacionarse con los demás y para colaborar con otros investigadores”. También destaca la experiencia en varios grupos de investigación, tanto nacionales como internacionales.
Prieto considera que el problema de las diferencias salariales entre hombres y mujeres está superado en las áreas de I+D. De hecho, los datos de Farmaindustria así lo demuestran: la industria farmacéutica innovadora es el sector productivo industrial con mayor salario medio femenino, superior a los 38.000 euros, y el que registra menor diferencia de salario, menos de un 10%.
El sector farmacéutico se caracteriza por una empleabilidad estable, incluso mayor en el área de I+D, donde la demanda de especialistas en investigación es muy elevada
El empleo femenino en I+D alcanza el 67%. Lourdes Prieto destaca que en los departamentos de investigación las mujeres tienen, además, un importante desempeño en los puestos directivos, aunque admite que aún hay camino por recorrer: “Hay que seguir apoyando el talento femenino con iniciativas que ayuden a la conciliación familiar y abordar el tema desde la educación, visualizando más referentes femeninos”.
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