Ser designado como centro infusor de terapias CAR-T es motivo de orgullo y reconocimiento para un centro sanitario, pero también supone una responsabilidad que no recae solo sobre el equipo médico. "Son cambios disruptivos, por lo que es preciso actuar con rapidez para lograr su viabilidad, con el mayor beneficio para el paciente y para la eficiencia", ha dicho Eloína Núñez, gerente del Área Sanitaria de Santiago de Compostela, durante las XII Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), celebradas en Bilbao bajo el lema Gestión Basada en Valor: Presente y Futuro.
Por tanto, la inclusión de las CAR-T en la cartera de un hospital supone un reto multidisciplinar, y así lo asumió Santiago, creando "un grupo en que estábamos incluidos directivos, profesionales y pacientes". De este grupo surgieron cinco, tantos como retos se plantearon: financiación, estrategia y viabilidad; manejo de datos y big data; toma de decisiones en todos los niveles; reorganización de recursos, y participación de los pacientes.
El trabajo de estos grupos dio como resultado cambios sustanciales. Por ejemplo, en lo que respecta a la reorganización de recursos, "fue necesario establecer un adecuado trabajo en red, con comunicación e interoperabilidad, haciendo partícipes a los centros derivadores del control de los pacientes".
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