El pasado 11 de marzo se celebró el Día Mundial del Riñón, una iniciativa que se desarrolla cada año a nivel mundial para informar y concienciar a la sociedad sobre el crecimiento que están teniendo las patologías renales, en especial la enfermedad renal crónica, así como de la importancia de un manejo eficaz de los síntomas de la enfermedad y la necesidad de promover el cuidado de la salud de los riñones a través de hábitos de vida saludable, para la prevención y detección precoz de estas patologías, permitiendo así un mejor abordaje y tratamiento.
En nuestro país, este año, la campaña del Día Mundial del Riñón, que impulsamos desde la Sociedad Española de Nefrología (SEN) junto a otras entidades, ha tenido la suerte de contar con un vídeo protagonizado por pacientes y diferentes personalidades del ámbito cultural, social y político, entre ellos el chef Martín Berasategui, los deportistas Alfonso Reyes y Lourdes Mohedano, y el presidente de la Comunidad de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Algunos, también pacientes renales, como el actor Jose Corbacho y el cantante Pablo Milanés. Todos ellos se han sumado a la causa para lanzar un mensaje de optimismo ante la enfermedad renal, de que se puede vivir bien con ella gracias a los tratamientos y atención especializada que tenemos en nuestro sistema público sanitario, pero también de alerta ante el aumento que está experimentando en las últimas décadas.
En España, según los estudios epidemiológicos EPIRCE y ENRICA RENAL, la enfermedad renal crónica (ERC) afecta aproximadamente al 10%-15% de la población adulta. Los que están en los estadios avanzados precisan de tratamiento renal sustitutivo (TRS) para seguir viviendo: esto es, diálisis o un trasplante. Según los últimos datos del Registro Español de Enfermos Renales (2019), más de 64.000 personas están en TRS, 45,2% en diálisis y 54,7% con un trasplante renal funcionante.
La ERC es, tras el Alhzeimer, la segunda enfermedad cuya mortalidad más creció
Además, la incidencia de pacientes con necesidad de tratamiento renal no para de crecer, con una incidencia global de 151,9 pacientes por millón de población (hace 10 años era de 121 pmp). Según el informe internacional Global Burden of Disease, la ERC es la segunda enfermedad cuya mortalidad y discapacidad más aumentó entre los años 2006 y 2016, tras el Alhzeimer.
Los nefrólogos venimos advirtiendo desde hace años de que la ERC es una enfermedad muy grave, que tiene un fuerte impacto en la calidad de vida de las personas que la padecen y en sus familiares, y, lo que es ya una evidencia clara, es un serio problema de salud pública. Estamos avanzando en la sensibilización y conocimiento de lo que supone esta patología, pero la sociedad aún no es consciente de que estamos ante una epidemia silenciosa, que sigue creciendo y a la que debemos poner freno, ya que afecta a más de 7 millones de españoles.
A ello hay que sumarle también el incremento de su índice de mortalidad en la última década, con un 30% más. En este sentido, pongo un ejemplo más claro: según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los 55,4 millones de muertes que se produjeron en 2019 en el mundo, más de la mitad (el 55%) se deben a 10 patologías, entre las cuales se sitúa por primera vez la enfermedad renal.
Aún no somos conscientes de estar ante una epidemia que afecta a 7 millones de españoles
A esta situación de avance sin freno de la ERC se ha venido a sumar el impacto de la covid-19, que ha sido muy importante en nuestro país. En concreto, la tasa de contagio de los pacientes en TRS ha alcanzado un índice del 5% -más alto que la población en general-, y una tasa de mortalidad superior al 25% del total de pacientes en TRS contagiados, con una vulnerabilidad especialmente acusada en los pacientes en hemodiálisis contagiados, cuya mortalidad asciende aún más hasta llegar al 30%.
Estrategias preventivas
Esto debe hacernos ver que la enfermedad renal crónica es un problema más grave de lo que piensan muchos, y por eso debemos seguir insistiendo en concienciar a las administraciones y autoridades sanitarias, y a la opinión pública en general, de que tenemos que cuidar nuestra salud renal. Y que es necesario desarrollar estrategias que no sólo sigan mejorando el tratamiento y la asistencia a los pacientes renales, sino que, sobre todo, actúen desde la prevención y el diagnóstico precoz para evitar que la enfermedad crezca en las próximas décadas. Debemos conseguir que cuando se hable de ERC nos situemos en un escenario similar al de las enfermedades cardiovasculares o el cáncer, por citar dos ejemplos en los que existe una clara concienciación social. En esa línea venimos trabajando y seguiremos haciéndolo desde la Sociedad Española de Nefrología.
Nuestro país es líder mundial en trasplante de riñón, y estamos orgullosos de ello. Pero el reto pasa por evitar que el paciente llegue a esa situación en la que la ERC impida a los riñones realizar su función. Todo éxito de un trasplante es, en realidad, un fracaso, porque no hemos podido ayudar a ese paciente antes de que su enfermedad se agravase hasta el punto de que tenga que recibir un riñón de otra persona.
Y ahí radica la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz. Tras largos años de centrar nuestra atención en el tratamiento de las consecuencias de la ERC, los nefrólogos hemos trasladado el foco a la prevención y a la atención primaria, para poder evitar así que aparezca la enfermedad, o que al menos se detecte lo antes posible para no tener que llegar al trasplante. La detección precoz es muy importante, porque cuanto antes se empiece a tratar un paciente menos problemas tendrá a largo plazo; esto es fundamental.
Es por tanto necesario seguir avanzando en prevención y diagnóstico precoz, pero también en investigación y mejora continua de los tratamientos especializados para los pacientes renales. Desde la SEN seguiremos trabajando en ello, solicitando el apoyo de los organismos públicos, los profesionales sanitarios, la industria y la sociedad, para que, entre todos, logremos frenar esta epidemia silenciosa que es la enfermedad renal crónica.
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