Un estudio coordinado por investigadores de BCNatal Clínic-Idibaps de Barcelona, que publica la revista JAMA Cardiology, muestra que las personas que nacen con bajo peso mantienen en la edad adulta diferencias en la estructura y la función de su corazón y tienen menos capacidad para realizar actividad física que el resto. Estos cambios pueden explicar que las personas nacidas con bajo peso tienen más problemas cardiovasculares en la edad adulta e indican la importancia de la promoción de hábitos de vida saludables entre ellos para reducirlos de manera significativa.
El estudio lo han liderado Fàtima Crispi y Eduard Gratacós, del Servicio de Medicina Materno-fetal BCNatal (Hospital Clínic y Hospital Materno-Infantil de Sant Joan de Déu de Barcelona) y del grupo Medicina fetal y perinatal del Idibaps. También han participado, entre otros, profesionales del Instituto Clínic Cardiovascular, el Instituto Clínic Respiratorio, los grupos de investigación del Idibaps Imagen cardíaca y Computación traslacional en Cardiología e investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, el Barcelona Supercomputing Center y el Philips Research France. El proyecto ha contado con el apoyo de la Fundación “La Caixa”, el Instituto de Salud Carlos III, la Comisión Europea, CEREBRA, CIBERER y AGAUR.
Según sus autores, las personas que han nacido con bajo peso (por debajo del percentil 10 del peso que les tocaría por tiempo de gestación o menos de 2,5 kilos si no son prematuros), tienen más problemas cardiovasculares cuando son adultos. Por ejemplo, tienen hasta tres veces más de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio. Hasta ahora se desconocía la causa y se consideraba que podían ser unos índices más elevados de diabetes y obesidad.
El equipo que lidera Gratacós, director BCNatal, jefe del grupo de investigación del Idibaps Medicina fetal y perinatal y catedrático de la Universidad de Barcelona, fue el primero en demostrar en trabajos previos que una parte importante del problema es el corazón en sí mismo: "Vimos que los corazones de niños nacidos con bajo peso presentan diferencias en la función y en la estructura, y que estos diferencias que aparecen en la vida fetal se mantenían hasta la adolescencia".
Técnicas de análisis sofisticadas
Quedaba, por tanto, averiguar si los cambios en la estructura y función del corazón se mantienen en la edad adulta y eso es lo que se ha estudiado en el trabajo publicado en JAMA Cardiology. "Es un estudio pionero, que combina técnicas de análisis computerizada muy sofisticadas para analizar la forma del corazón con resonancia magnética con una prueba de esfuerzo", explica Marta Sitges, directora del Instituto Clínic Cardiovascular, responsable del grupo de investigación del Idibaps Imagen cardíaca y coautora del estudio.
Para llegar a esa conclusión, se localizaron personas de entre 20 y 40 años que hubieran nacido con bajo peso y con peso normal. Para ello, se revisaron los libros de la sala de partos del Sant Joan de Déu de hace 20-40 años. A partir de la fecha de nacimiento y del apellido de la madre, se logró contactar con algunos de ellos, a los que se les propuso participar en el estudio.
Participaron en total 158 adultos: 81 habían nacido con bajo peso y 77, con peso normal. Se les hizo una resonancia cardíaca y una prueba de esfuerzo en bicicleta.
"La resonancia cardíaca demostró que las personas que habían nacido con bajo peso mantenían cambios en la estructura del corazón en la edad adulta. Su ventrículo derecho tenía una forma diferente", explica Fàtima Crispi, médico especialista sénior de BCNatal y coordinadora científica del grupo de investigación de Medicina Fetal y Perinatal del Idibaps. Precisa a este diario que los cambios observados en el corazón de los fetos con bajo peso son muy exagerados: cardiomegalia e hipertrofia, que cuando los niños cumplen 5 años son similares pero menos acentuados y, cuando llegan a los 12 años, se mantienen. En el caso de los adultos se ha comprobado, en este último estudio, que, junto con otros factores de riesgo, hay cambios en el ventrículo derecho; está más dilatado y la base es más curva. “Es similar al de los atletas que han hecho mucho esfuerzo”, apunta Crispi.
En esta muestra de adultos también se ha visto que los nacidos con bajo peso tienen una menor capacidad de ejercicio; es decir, no son capaces de generar tanta fuerza con la bicicleta y se cansan antes. "Esto no quiere decir que no puedan hacer ejercicio, sino al contrario -aclara Crispi-; simplemente, puede que no tengan tanta capacidad como el resto de la población y se cansen antes".
“La mayoría dicen que tienen una vida normal, aunque entre ellos hay más hipertensos que entre la población general y se cansan más haciendo ejercicio. Es posible que, ante la dificultad en el ejercicio físico, se hayan adaptado siendo más sedentarios”, manifiesta Crispi.
Evitar que haya "dos golpes"
Asimismo, se ha observado que los cambios en el corazón son más marcados en los que, además de nacer con bajo peso, son fumadores, tienen obesidad o sobrepeso o son sedentarios. Crispi comenta que, en este caso, sufren dos “golpes”: el de la primera etapa con el bajo peso y en la edad adulta con la obesidad o el hábito tabáquico. La enfermedad cardiovascular en éstos es “más fácil”. Se asocia a bajo peso al nacer la enfermedad cardiometabólica (infarto, ictus, hipertensión), la diabetes y la obesidad.
Sobre la posibilidad de realizar en tos pacientes terapia profiláctica, dice Crispi que se han probado cosas pero que lo mejor es evitar el sobrepeso y la obesidad y el tabaco y controlar la hipertensión. Un estudio reciente del mismo grupo de investigación ha demostrado que haber nacido con bajo peso multiplica por tres el riesgo de tener covid-19 grave.
Para Gratacós: "Esta investigación demuestra de nuevo la importancia de la medicina fetal en la prevención de patologías del adulto. Si identificamos problemas de crecimiento fetal en el embarazo y promovemos hábitos saludables desde la infancia evitaremos las consecuencias que los problemas fetales pueden conllevar a la edad adulta".
Crispi dice que en adelante van a seguir trabajando sobre la cohorte de nacidos con bajo peso que ya han cumplido 15 años y también buscando la manera de evitar el bajo peso al nacer, un fenómeno que está en aumento con el incremento de la edad de la madres y las técnicas de reproducción asistida.
Por otro lado, ante la observación de que la mayoría de pacientes menores de setenta años tienen formas muy leves de covid-19 pero en un pequeño porcentaje hay complicaciones graves, Crispi, coordinó el estudio gracias al cual ya se sabe que haber nacido 'pequeño' también es un factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad infecciosa de forma grave.
Más riesgo de covid-19
En el marco de esta investigación, se reclutaron 397 pacientes de entre 18 y 70 años con covid-19 atendidos en el Clínic barcelonés a los que se les preguntó por el peso al nacimiento. El 15% de los pacientes requirieron ingreso en UCI y los investigadores pudieron identificar como factores de riesgo independientes de ingreso en UCI las siguientes variables: edad, sexo masculino, hipertensión previa y bajo peso al nacimiento. Con respecto a esta última variable, se vio que nacer con bajo peso hace tener hasta tres veces más riesgo de acabar en la UCI por un covid-19 grave.
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