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lunes, 5 de junio de 2023

"El diagnóstico preciso requiere tecnologías solo disponibles en algunos centros"

Investigación
carmenfernandez
Mar, 06/06/2023 - 08:00
Premios Admirables 2023
Elías Campo, consultor senior de Anatomía Patológica del Hospital Clínic y director del Idibaps.
Elías Campo, consultor senior de Anatomía Patológica del Hospital Clínic y director del Idibaps.

Elías Campo, anatomopatólogo, es uno de los investigadores y gestores de ciencia más destacados de España y, en el área de las neoplasias linfoides, del mundo, y uno de los premios Admirables 2023.

PREGUNTA: ¿Por qué eligió anatomía patológica? ¿Cómo era la especialidad cuando empezó a formarse en ella y cómo es hoy?

RESPUESTA: Nuestra especialidad ha cambiado mucho pero su papel en la práctica clínica y en investigación continua siendo esencialmente la misma. Mi intuición en los años ochenta acerca de su desarrollo resultó correcta. Tuve la suerte de tener al doctor Antonio Palacín como mi introductor en la especialidad. Tuve dudas iniciales importantes. De hecho, cambié de especialidad hasta tres veces; primero anatomía patológica, luego medicina interna y de ahí, vuelta a la anatomía patológica, después de que el doctor Palacín me mostrase unas técnicas de inmunología que se estaban empezando a aplicar en las secciones histológicas, eran las técnicas de inmunohistoquímica. Con el microscopio podíamos ver moléculas dentro de las células y relacionar alteraciones moleculares con aspectos de la morfología y de la clínica. Eso me atrajo intensamente: estudiar la enfermedad en un laboratorio próximo a la clínica pero equipado para aproximarnos a la ciencia básica. Hoy las técnicas moleculares han pasado a ser genómicas y epigenómicas.

P: ¿Qué tecnología ha resultado más determinante en esa evolución?

R: Unas técnicas no sustituyen a otras. Las inmunológicas eran al principio solo técnicas de  investigación y hoy son de uso rutinario en clínica. En los noventa me fui a Estados Unidos a estudiar técnicas moleculares, incluida la PCR, que eran propias de investigación. Las introdujimos a mi vuelta en nuestros proyectos de investigación  y posteriormente también en la clínica. Las OMICs, con el genoma humano, también han saltado a la clínica diaria. Ninguna técnica ha sustituido a las otras y, a todo esto, nunca se ha dejado de mirar por el microscopio, que es la base de nuestra especialidad.

P: ¿Qué explica a los alumnos para que les atraiga la especialidad y que aspiren a ser médicos clínicos pero también investigadores?

R: Hace unos años que no imparto docencia  a los alumnos de grado gracias al programa Icrea Academia. Los años en los que fui director de investigación del Hospital Clínic y ahora como director del Idibaps, trato de trasmitir la misma premisa que introdujo en su día el doctor Joan Rodés: para tener una práctica clínica excelente se necesita desarrollar una investigación excelente. Este diálogo entre práctica clínica e investigación permite atender a los enfermos de la mejor manera posible. Esta idea ha de formar parte esencial como clínicos. La investigación debe ser una actitud que permea toda nuestra actividad en la práctica diaria y las organizaciones asistenciales deberían tener en cuenta un tiempo para esta actividad en aras de una mejor calidad en la asistencia.

P: ¿Cómo llega a la superespecialización en las neoplasias humanas de origen hematológico?

R: Desde estudiante me apasionaron la inmunología y las enfermedades derivadas del sistema inmune. Su complejidad y poder disponer de herramientas para su estudio más preciso me atrajeron mucho.

En el Genoma de la Leucémica Linfática Crónica

P: Es especialmente conocido por su participación, como codirector, del Proyecto Genoma de la Leucémica Linfática Crónica, en el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer. ¿Qué impacto ha tenido ese trabajo en esta enfermedad?

R: Impactó desde diversas perspectivas. Un aspecto estratégico clave fue el establecer una co-dirección básica y clínica con el doctor Carlos López-Otín y yo mismo. Esta decisión permitió integrar de forma muy fluida los datos genómicos y clínicos. El conocimiento generado creció de forma espectacular y nos ayudó a cambiar la visión de la enfermedad. De hecho, nuestro proyecto fue el que generó más documentos y publicaciones internacionales de todo el consorcio internacional del genoma del cáncer, que han tenido una acogida excelente en la comunidad científica. También fue el proyecto clave para que las tecnologías de secuenciación del genoma a gran escala se introdujesen en España con la creación del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) en Barcelona, con participación del Gobierno central y la Generalitat, una estructura que perdura. El Proyecto del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica fue el proyecto piloto para poner en marcha este centro.

P: ¿Cuál o cuáles de sus cerca de 600 artículos científicos diría que ha contribuido más a posicionarle como un referente internacional en neoplasias linfoides, hasta el punto de que incluso fue miembro del comité encargado de la clasificación de neoplasias hematopoyéticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)?

R: Nos hemos dedicado a la leucemia linfática crónica y al linfoma de células del manto. En el primer caso, los trabajos de secuenciación del genoma de la leucemia, que son varios, son una referencia que han cambiado la visión de la enfermedad. En linfoma de células de manto hemos generado información sobre los mecanismos que desarrollan el tumor y hemos identificado claves para identificar su heterogeneidad clínica y biológica. Son también estudios claves para entender la mejora importante que estamos viendo en la evolución de estos enfermos.

P: ¿En qué proyectos está trabajando ahora junto con su grupo de patología molecular de neoplasias linfoides?

R: La etapa de investigación genómica y epigenómica continúa dando información muy importante, pero estamos avanzando en los análisis de células individualizadas en estas neoplasias, que nos proporciona una resolución de la complejidad de los tumores a una escala superior: en cada tumor hay múltiples subclones que marcan la diferencia entre pacientes. Las alteraciones en varios subtipos celulares nos permitirán refinar más en evolución de los pacientes.

Con las CAR-T y demás inmunoterapias

P: También está implicado en las CAR-T (ARI 0001 y ARI 0002) y otras inmunoterapias que han hecho del Clínic un modelo en terapias avanzadas académicas a seguir en el resto de Europa. ¿Qué podemos esperar de ellas (algunas están ya en fases clínicas iniciales) para cáncer hematológico?

R: Estas nuevas terapias ya son una realidad. La dirección del programa de inmunoterapia es responsabilidad del doctor Manuel Juan quien tuvo la visión y el conocimiento para desarrollarlo. Mi contribución es dar total apoyo al programa. Al principio fue difícil y solo gracias a la contribución filantrópica del proyecto ARI pudo consolidarse como una realidad. Está siendo una revolución proporcionando esperanza a pacientes en los que habíamos acabado con todos los tratamientos disponibles. Ya es una realidad  pero hay que desarrollarlo mucho más.

P: ¿Qué expectativas tiene hoy un paciente al que le diagnostiquen alguna de las leucemias más frecuentes (leucemia mieloide aguda, leucemia linfocítica crónica, leucemia mieloide crónica, leucemia linfocítica aguda)?

R: Como anatomopatólogo dedicado a diagnosticar puedo decir que el paciente tiene que tener el diagnóstico más preciso posible de su enfermedad. Los linfomas y las leucemias son complejas, con más de 100 subtipos diferentes. Parece algo obvio pero no siempre es posible porque en algunos pacientes se requieren tecnologías diagnósticas que en estos momentos solo están disponibles en algunos centros de referencia. Varias de estas patologías, afortunadamente, se pueden curar y en el resto estamos consiguiendo que, aunque no se puedan curar, sí sea posible prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida. Esto es algo que hace unos años no se podía hacer. 

P: ¿Qué van a aportar el big data, el data science y la inteligencia artificial a estas enfermedades, caracterizadas por una gran heterogeneidad genóm
Campo ha contribuido determinantemente a la transformación de su especialidad como pieza clave para aportar supervivencia a pacientes con leucemia. Admirables Admirables Off Carmen Fernández. Barcelona Investigación Off

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