Los hechos ocurrieron en enero de 2019, cuando la mujer de 63 años acudió a su Centro de Salud en el municipio sevillano de Castilleja de la Cuesta por un dolor lumbar. Los sanitarios le inyectaron desketoprofeno, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) y le prescribieron el mismo fármaco en comprimidos.
La paciente salió del centro de salud hacia el supermercado y murió de manera fulminante. La autopsia reveló como causa del fallecimiento una reacción anafiláctica. Le habían inyectado el medicamento a la que la paciente era alérgica.
Su condición de alérgica a los AINEs constaba en su historia clínica. ¿Qué falló? ¿Dónde estuvo el error falta? Pues nada de esto ha quedado aclarado en la resolución que, de conformidad, han firmado la familia de la fallecida y la compañía aseguradora del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
El acuerdo al que han llegado ambas partes establece en 100.000 euros la indemnización con la que el servicio compensa el error del que no hay duda y que admite, si bien, no queda aclarada ninguna de las circunstancias que han rodeado al caso y que podrían explicar mejor el procedimiento.
¿Por qué existe esa falta de detalles? María Jesús Villalpando, la abogada de la familia y colaboradora de la Asociación El Defensor del Paciente, detalla que antes de que ella iniciara el procedimiento civil, la familia intento llevar el caso por la vía penal. Sin embargo, se terminó archivando el procedimiento y con el auto de archivo se esfumaron las posibilidades de conocer los detalles del caso, según apunta la abogada.
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