En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, tengo por costumbre publicar una entrada que ayude a visibilizar esta pandemia silenciada.
¿Se han parado a pensar en lo larga que es, en la literatura universal, la lista de grandes escritores suicidas? Para algunos, por la estrecha relación entre trastornos mentales, predisposición al suicidio y creatividad artística; para otros, porque el suicidio de un personaje famoso es más difícil de silenciar que el de un ciudadano de a pie.
Para no alargar excesivamente la lista, me centraré tan solo en los escritores de primera fila fallecidos por suicidio en los siglos XIX y XX. No me remontaré, pues, a la griega Safo de Lesbos, de quien se dice que arrojose al mar por un amor no correspondido; a los escritores romanos Petronio y Séneca, suicidados por desangramiento; ni al poeta prerromántico inglés Thomas Chatterton, quien, a los 17 años de edad, sintiéndose fracasado, se envenenó con arsénico en 1770. Y dejo fuera también los casos contemporáneos más sonados, como el del estadounidense David Foster Wallace, autor de La broma infinita, quien se ahorcó en su hogar en septiembre de 2008 tras veinte años en tratamiento por depresión.
1821
El médico y escritor inglés John Polidori, creador del arquetipo del vampiro romántico, se suicida con cianuro a los 25 años de edad.
1837
En la noche del 13 de febrero, pocos minutos después de que su ex amante Dolores Armijo le comunicara que no tenía ninguna posibilidad de retomar su tormentosa relación, el poeta romántico madrileño Mariano José de Larra se mata de un disparo en la sien, a los 27 años.
1855
El más romántico de los poetas franceses, Gérard de Nerval, con problemas económicos y un largo historial de esquizofrenia e ingresos psiquiátricos, se ahorca colgándose de una reja en un oscuro callejón de París.
1873
El poeta mejicano Manuel Acuña se suicida en diciembre con cianuro potásico.
1888
Poco después de cumplir los 33 años, el escritor ruso Все́волод Гаршин (Vsévolod Garshin) se arroja por el hueco de una escalera en San Petersburgo y muere pocas semanas después como consecuencia del politraumatismo resultante.
1890
Uno de los mejores novelistas portugueses de todos los tiempos, Camilo Castelo-Branco, se pega un tiro en la sien derecha después de que un oftalmólogo descartara cura alguna para su ceguera progresiva.
1896
Tras fracasar los diversos negocios que emprende, el poeta colombiano José Asunción Silva, de 30 años, se dispara en el corazón con un revólver.
1898
Desolado por la pérdida de las últimas colonias españolas, abandonado por su esposa, enfermo de sífilis (con parálisis general progresiva) y sumido en una profunda depresión, el escritor y diplomático granadino Ángel Ganivet se arroja desde un barco a las aguas del río Duina en la capital de Letonia; tenía 32 años.
Fernando A. Navarro
En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, da que pensar lo larga que es, en la literatura universal, la lista de grandes escritores suicidas. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/SqYbKB1
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