Si algo ha conseguido ya la futura Ley de Farmacia de Madrid es generar aún más cohesión, consenso y cooperación entre los distintos agentes que integran el sector farmacéutico de la región. Prueba de ello es la declaración institucional conjunta que han elaborado el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid; la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac); la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap); la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar); la Sociedad Madrileña de Farmacéuticos de Hospital (SMFH), y la Asociación de Empresarios de Farmacia de Madrid (Adefarma) en la que han expresado su apoyo "firme y claro" a que el proyecto de la ley sea ratificado "definitivamente" por el Pleno de la Asamblea regional.
Se trata de un documento en la que los farmacéuticos invitan a los grupos parlamentarios a que tengan un "diálogo constructivo" que permita una tramitación ágil y rápida de la norma con el fin de que vea la luz en los próximos meses.
Para conocer con detalle qué busca esta declaración y por qué toda la profesión considera que urge dar forma ya a esta nueva ley con el fin de crear un marco que dé "estabilidad, seguridad y certidumbre" al sector, Manuel Martínez del Peral, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, analiza las claves en una entrevista con este periódico.
Pregunta. Esta declaración, firmada por las distintas instituciones que representan al sector farmacéutico madrileño, con el COF a la cabeza, supone una muestra de la unidad profesional que hay en torno al proyecto de la futura Ley de Farmacia de Madrid. ¿Cómo valora esta cohesión?
Respuesta. Si bien es cierto que el colegio tiene la representación legal ante la Consejería de Sanidad, lo que hemos buscado desde el primer momento es el consenso de todo el sector y conseguir que todas las instituciones vayamos unidas. Esta unidad nos da más fuerza, y todos coincidimos en que era el momento de enviar este comunicado.
P. ¿Por qué han considerado que era necesario enviarlo ahora?
R. Porque estamos ante una norma de la que ya se lanzó un borrador, se pactaron unas enmiendas y de la que quedan por rematar algunos puntos que consideramos importantes; pero todos los actores del sector vemos que es un texto que es bueno para la profesión y que es un buen marco de trabajo para los próximos años. Las distintas instituciones vemos que nuestras necesidades quedan reflejadas y que es una buena ley para los ciudadanos. Es más, todos coincidimos en que esta ley, con las enmiendas que se negociaron y haciendo retoques que impidan pasar determinadas líneas rojas, es muy razonable.
P. Entiendo que es por esto por lo que piden ahora a los grupos parlamentarios que sean ágiles en su desarrollo y que tengan un "diálogo constructivo" para terminar de tramitarla, ¿verdad?
R. Estamos ante una norma que se ha debatido mucho [incluso algunos de sus puntos ya se debatieron en la ley anterior, que finalmente no salió adelante] y la legislatura va tocando a su fin. Percibimos cierta lentitud tras la vuelta de verano, ya que el texto permanece en la Asamblea desde que salió de la consejería el pasado 12 de julio. Desde el sector pedimos rematar ya este asunto para evitar que la ley pueda no salir y tengamos que volver a iniciar el procedimiento. Es más, el ratificarla ya también responde a que esta ley deja temas abiertos a desarrollos reglamentarios, y creo que es en esto en lo que deberíamos centrarnos en la próxima legislatura.
P. ¿Existe o se les ha comunicado algún plazo estipulado en el que deba producirse esa ratificación?
R. No existen plazos concretos, pero todos sabemos que en la Asamblea los asuntos suelen ir despacio, porque hay que dejar tiempos para la negociación y por cuestiones de reglamento, y que quedan algo más de cuatro meses para su disolución, con unas Navidades de por medio. Por ello estamos pidiendo al Partido Popular que empuje internamente esta iniciativa en la Asamblea y al resto de partidos políticos que se pongan manos a la obra para poder aprobarla.
Todo el sector farmacéutico está a favor y estamos ante una ley técnica que no debe estar influida por temas de oportunidad política o de tiempos de cara a unas elecciones. Es más, cuando todo el sector está unido pidiendo la aprobación de la ley, me costaría mucho entender cómo explicarían el hecho de que no se aprobase.
P. ¿Considera que este documento es una muestra contundente y de peso para mostrar la cohesión que existe en el sector en torno a la tramitación de esta norma?
R. Sí. Nadie puede decir ahora que el sector no está a favor del proyecto de ley. Creo que esta unión de todo el abanico de la profesión en un mismo documento es un hecho histórico, algo que nos han expresado también desde la Consejería de Sanidad y desde el Consejo General.
P. ¿Consideran también que lo recogido en esta futura Ley de Farmacia de Madrid va a permitir dar cobertura a determinadas actuaciones llevadas a cabo durante la pandemia de la covid-19 en las que se detectaron ciertos vacíos legales?
R. La pandemia aceleró muchos procesos que se estaban desarrollando con un vacío legal. Creemos que es el momento de regular determinadas cuestiones, sobre todo después de demostrarse que el sector se ha comportado de manera excelente y que el apoyo de la farmacia al sistema sanitario público ha sido espectacular. Regulémoslos, porque siguen existiendo sanciones y para que se recoja bien, por ejemplo, el poder acercar el medicamento a casa de un paciente dependiente. Tenemos una ley de hace 25 años y, con todos los cambios y la innovación digital que ha habido, si no desarrollamos una norma actualizada quedarán vacíos legales que pueden poner en peligro el sistema, e incluso el modelo.
P. Una de las cuestiones en las que más se ha puesto el foco en el desarrollo de esta ley es la atención farmacéutica domiciliaria a pacientes dependientes. ¿Cuál es su visión sobre este tema?
R. La atención farmacéutica domiciliaria, tal y como la entendemos nosotros, genera un beneficio al paciente muy importante. Lo que debemos evitar a toda costa es que se convierta en un delivery, ya que esto generaría el efecto contrario y pondría en riesgo el modelo mediterráneo. Nuestro modelo es un modelo de capilaridad que genera equidad e igualdad en el acceso al medicamento de todos los ciudadanos; si eso se abre y se convierte en un delivery habrá problemas porque se generarán grandes intereses económicos que van a desequilibrar el modelo y que derivarán en situaciones complicadas.
La atención farmacéutica domiciliaria [llevada a cabo por el farmacéutico] permitiría además hacer un control de los botiquines, realizar un seguimiento e incluso servir de alerta sociosanitaria en aquellos casos en los que se detecte algún problema con algún paciente que no esté cuidando bien sus enfermedades o no tenga una adherencia adecuada.
P. ¿Cree entonces que ese riesgo está salvado tal y como está actualmente recogido en el proyecto de ley?
R. Antes de nada, estamos ante una cuestión que debe estar bien protocolizada y bien desarrollada, tal y como recoge la norma, que dice que no solo aprobando la ley se podría hacer, sino que está pendiente de un desarrollo reglamentario en el cual estipularíamos qué habría que hacer para poder desarrollar esa atención.
El proyecto señala que se podrían ver beneficiados pacientes con grado de vulnerabilidad, regulado por la dependencia. Esta es una cuestión importante, ya que la valoración la realiza un tribunal y la llevan a cabo profesionales ajenos al sector farmacéutico (médicos, trabajadores sociales...). Esto evita que sean los farmacéuticos los que valoren la dependencia para que así no existan posibles conflictos de intereses.
P. Por destacar alguna, ¿qué otra cuestión profesional relevante considera que queda bien recogida en el proyecto de ley?
R. Por poner un ejemplo, y pensando en el ciudadano, creo que el hecho de que haya una sección de Nutrición en la farmacia y que podamos desarrollar esa categoría profesionalmente da mucha seguridad. Estamos viendo que hay establecimientos en los que se hacen dietas sin saber si existe un determinado control, y creo que la farmacia va a dar la seguridad de que hay una bata blanca detrás, y de que hay un servicio que pasa unos controles y que sigue un procedimiento riguroso para garantizar la calidad.
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